37 Feria del Libro de Valencia (Crónica personal y fotográfica)
De nuevo este año me decidí a pasearme por la Fira del
Llibre de València en su 37 edición para ver cómo seguía
funcionando y poner mi granito de arena en esto de la publicidad
altruista en un evento que, al estar relacionado con literatura y
mi ciudad, para mí es importante. Y de la misma forma en que empecé
ilusionada también terminé algo defraudada. Pero eso se irá viendo
a medida que relate mi crónica.
Los nombres en los que tenía más interés eran los de Laura Gallego -a
la que conocí en una anterior edición- Tobías Grumm,
que sacaba la segunda parte de su trilogía "La tierra del dragón",
Albert Sánchez Piñol -al que quería conocer en persona tras
entrevistarle para la web-, y Eloy M. Cebrián -ídem-. Por supuesto
no iba a verlos sólo a ellos, pero sí eran los nombres de mi agenda
particular.
Como el año anterior elegí tres días que coincidirían con la firma
de libros de estas cuatro personas. Laura Gallego y Eloy M. Cebrián
estarían el domigo 30 así que ése fue el día de inicio de mi
recorrido.
La feria estaba a rebosar de gente aquella mañana. Había fútbol
por la tarde y se esperaba menos tumulto entonces pero ni el fútbol
pudo con el tirón de Laura Gallego. Por la mañana la cola para
firmar los libros de Laura era tan larga que se doblaba hacia la
derecha y durante las dos horas y pico que estuvo firmando no
parecía disminuir nunca. Lo curioso es que Laura Gallego había
asistido aquella mañana a un encuentro entre lectores donde
hablaría de la literatura fantástica, pero le avisaron de que ya
había gente esperando para que le firmara libros y ella tuvo la
cortesía de sentarse en el stand principal y comenzar lo que,
supuestamente, haría sólo aquella tarde. Con deciros que se
cerraron las casetas porque era hora de irse a comer y Laura seguía
firmando libros os lo digo todo. Yo estaba convencida de que le
dolería el brazo, la mano y la muñeca porque sus firmas suelen ser
largas (Laura dedica bastante tiempo a cada firma, prácticamente
son párrafos) sin embargo ella me dijo que ni se había enterado,
que en la feria del libro de Madrid del año anterior había estado
durante seis horas firmando sin parar. Ufff….
Las colas para que firmara Laura
Gallego fueron interminables durante todo el día
Laura Gallego y Rosetta Forner
firmando en el stand principal
Entre las anécdotas de aquella mañana os puedo contar que una niña
se trajo de casa una bolsa con todos los libros de Laura Gallego y
ésta los firmó absolutamente todos, pero además, sin discriminación
alguna, dedicó a cada firma un buen ratito. Sorprendente. También
hubo quien pidió a la escritora que le firmara una camiseta. A mi
alrededor, gente de la organización y la propia madre de Laura
comentaban la generosidad de ésta con las firmas, así como la
sugerencia por parte de la organización de que sólo admitieran la
firma de un libro por persona. Desde mi posición, decir que estoy
totalmente en contra de esta idea porque una persona tiene derecho
a comprarse cinco libros de un escritor y que éste se los firme,
para eso se gasta el dinero ¿no?. Otra cosa es que se los traigan
de casa pero si se encuentran con un autor o autora generosa, mejor
para todos. Laura no decepcionó a nadie, se marchó a comer cuando
ya no quedaba casi nadie en el parque Viveros, y volvió
puntualmente aquella tarde.
Esa misma mañana estuve buscando a Eloy M. Cebrián con el fin de conocerle
en persona. Me pasé horas arriba y abajo, su nombre estaba en la
lista, también en la web oficial de la Feria del Libro, e incluso
en la organización me dijeron la caseta donde estaría firmando
libros. Allí me dirigí pero ante mi sorpresa una mujer que aquella
tarde debió vender muchísimos libros porque su caseta era muy
visitada, me dijo que no tenía ni idea de si Eloy había venido y
que "en el caso de que hubiera venido, ya se habrá marchado". Esas
fueron sus palabras, nada de información, y el tiempo que me
dedicó... el que tardó en pronunciarlas. Primera decepción de la
Feria, pero más aún del trato indiferente de esta señora. Insití
aquella misma tarde y me encontré con la misma situación. De Eloy
no había ni siquiera un libro en los estantes. Esto me extrañó
bastante y lo comenté en la organización. Nadie sabía nada. Más
tarde me he enterado de lo ocurrido y para mí es un fallo enorme de
esta Feria: cuando Eloy M. Cebrián llegó a la feria aquella mañana
en la caseta donde debía firmar libros no había ni uno de sus
ejemplares. ¡Ninguno! Mucho me ha chocado enterarme de que la
persona con la que habló Eloy era, además de la dueña de la caseta,
la Presidenta del Gremio de Libreros y Directora de la Feria. Este
chasco y las horas que perdí no creo que pueda olvidarlo porque fue
una enorme decepción. Eloy llevó unos cuantos ejemplares
personalmente y esos fueron los únicos que pudo vender y firmar por
su cuenta. Desde aquí mi absoluto rechazo a este tipo de
comportamiento con los autores con los que se cuentan y también con
el trato a los lectores que acuden a la Feria a conocer a los
escritores oficialmente listados. Y antes de que se me eche alguien
encima -lo siento señora pero las cosas hay que decirlas claras- la
Presidenta del Gremio de Libreros y Directora de la Feria le dijo a
Eloy que no había podido conseguir libros de Alfaguara cuando, me
consta, en la feria del libro de Manises -a pocos kms. de la
capital- mucho más modesta, había montones de ejemplares de los
libros de Eloy. Espero sinceramente que el año que viene no ocurra
esto ni nada parecido.
Eloy M. Cebrián (en el centro) con
Antonio Cabrera y Carlos Marzal
Pero no fue mi única decepción, aunque tampoco mi única sorpresa
agradable… por suerte. Pude volver a charlar con Isabel-Clara
Simó que presentaba su novela "Adéu-Suau" y conocer a
Rosetta Forner, una simpática mujer que firmaba
ejemplares de su novela "La maldición de Eva". Posó amablemente
para Anika Entre Libros y desde aquí mi agradecimiento. Tengo que
leer algún libro suyo.
Rosetta Forner, autora de "La
maldición de Eva"
Aquella tarde volví a la feria pero fue poco fructífera en cuanto
a mis planes previstos. Antes de irnos a comer se había sugerido
que Laura Gallego firmara de nuevo en el stand principal de la
organización dado que la caseta Manantial, donde estaba prevista su
firma de libros, quedaba justo en la entrada de Viveros y se
preveía una cola enorme que impediría el paseo de los viandantes
con normalidad. Al parecer no consiguieron llegar a ningún acuerdo
porque Laura terminó firmando en la caseta, sin embargo los
lectores, al principio, llevaban un lío monumental yendo de un lado
a otro (hasta que la cola dejó claro que la caseta era el lugar de
la firma).
Estuve investigando acerca de Eloy, buscando sus libros y
recorriendo las casetas arriba y abajo una y otra vez para vivir
con más intensidad la Feria. De Eloy ya sabemos cómo acabó todo
pero al menos pude conocer en persona a María García Lliberós que firmaba ejemplares de su libro
"Babas de caracol". Charlamos acerca de mi colaborador, Carlos
Ferrer, que era a quien ella conocía en persona pues es quien le ha
entrevistado para Anika Entre Libros. María es una mujer muy amable
y simpática, y la firma de sus libros se realizó en la caseta de El
Corte Inglés a las seis de la tarde. Por lo que me contó firmó en
la caseta de La Casa del Libro el día anterior y lo haría en el
stand de la organización al día siguiente. Estaba ilusionada, y no
me extraña pues su firma del día anterior había sido muy
exitosa.
María García Lliberós ante su novela
"Babas de caracol"
Aquel domingo terminó más o menos ahí. Puedo contaros que hablando con la organización me comentaron que no recordaban colas tan largas como las de Laura Gallego desde hacía años. Paco Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, había sido uno de los que más cola había conseguido, y tras él estaban Sampedro y Antonio Gala en su época de esplendor.
En mis paseos me detuve ante una caseta que llamó mi atención
porque en él se exhibían libros antiguos, y uno de ellos me robaba
la dirección de mis ojos… lógico, era nada más y nada menos que un
viejo libro de las Profecías de Nostradamus. El dueño de la caseta
Eurolibro accedió a que hiciera una fotografía.
El resto de la semana no pude asistir porque mi vida privada me lo
impide (de esta forma me perdí la asistencia de Ana María
Matute, y la lectura poética de Gloria de Frutos), así que me agencié
a la familia para que hicieran de niñeras y tras dejar repartidos a
mi hijo y a mis niñas volví el sábado siguiente. Elegí ese día
porque estaría firmando libros Albert Sánchez Piñol, al que tenía
enormes ganas de conocer. Llevaba mi ejemplar de "La piel fría"
(por el cual nos conocimos a través e internet) y tenía previsto
comprar "Pandora en el Congo" para que me lo firmara. Por la mañana
Sánchez Piñol participaba en un coloquio con Emili Piera sobre
literatura fantástica y de aventura. Desgraciadamente no llegué a
tiempo, pero sí, supuestamente, para la firma de libros. Y digo
supuestamente porque eso era lo que rezaba la web oficial de la
Fira del Llibre de València: Sánchez Piñol estaría firmando libros
aquella tarde. Y allí llego yo toda ilusionada buscando al autor.
Compruebo que efectivamente su nombre sigue en la lista y busco y
rebusco entre las casetas. O bien estaría en el stand oficial -que
queda al final de la feria- o bien firmaría en una caseta de modo
que lo mejor era ir mirando por si en alguna de estas estaba su
nombre. De paso también fui buscando ejemplares de "Pandora en el
Congo" pero sólo encontré uno carísimo, y otro más barato… en
catalán. No me interesaba, así que terminé el recorrido y llegué al
stand de la organización. Allí me llevé el segundo chasco de mi
segunda visita: Sánchez Piñol, a esas horas -comienzo de la tarde-
estaría ya en el tren de vuelta a casa. Al parecer había firmado
libros aquella mañana y no iba a volver por la tarde. Me quejé
diciéndoles que en la web oficial quedaba muy claro que la firma de
libros era por la tarde pero… mi gozo en un pozo. Decidí preguntar
por Fernando
Schwartz y casi me da un pasmo: Schwartz "también" se había ido
ya. Tal fue mi rabia con la organización que me largué de allí sin
ni siquiera pasar a ver a Susana Fortes.
Me quedaba un día de visita y ya no tenía excesivas ganas, pero
había quedado en ver a Tobías Grumm y él firmaría libros el
domingo. Aquel mismo sábado recibí la llamada de Tobías Grumm
(pseudónimo de David Mateo), que me informó de que se había roto un
pie y tenía que quedarse en casa con su nueva escayola. Poco
gratificante fue esta edición para mí. Me alegro de haber conocido a
Rosetta Forner y a María García Lliberós, de haber vuelto a ver a
Laura Gallego y a Isabel Clara-Simó, y de haber respirado libros e
ilusión, mas espero que en la edición siguiente no existan estos
errores monumentales que se sienten como una falta de respeto al
visitante de la Feria del Libro.
Isabel-Clara Simó firmaba ejemplares
de "Adéu-Suau"
A modo de resumen, de aquello que me perdí pero que consta en las
crónicas de la web oficial, comentaros que la Feria supuso un éxito
con 700.000 euros en ventas y más de 400.000 visitantes. Según
datos de su balance los libros más vendidos fueron, en narrativa en
castellano, La catedral del mar de Idelfonso Falcones, La senda del
drago de José Luis Sampedro, La sombra del viento de Ruiz Zafón, Un
lugar llamado nada de Amy Tan y Mala gente que camina de Benjamín
Prado. En narrativa en valenciano entre las más vendidas destacan
Adéu suau de Isabel Clara-Simó, Havanera de Francesc Bodí y Pandora
al Congo de Sánchez Piñol. En literatura infantil destacan Las
crónicas de Narnia, Les formigues pastisseres, La resistencia de
Laura Gallego y Kika la superbruja (versiones en castellano y
valenciano). En la modalidad de ensayo destaca Viaje a la felicidad
de Eduard Punset y Nosaltres exvalencians de diversos autores. En
la sección de humor la más vendida es He dit/ He dicho de
Buenafuente.
Me consta por las fotografías de la web que sí acudió a firmar la
valenciana Carmen Alcaide su libro "Treintañeras"
pero desconozco si se llevaron a cabo todas las actividades
paralelas o si acudieron todos los autores invitados no mencionados
en esta crónica personal. Ojalá el año que viene esté mejor
organizado y no me tenga que llevar más chascos de estos. Y si
permiten sugerencias acuérdense del alicantino Artur Balder ("La
piedra mágica", "El último Querusco" y "Liberator Germaniae") y
tampoco estaría mal traer a autoras tan exitosas como Espido Freire,
Lucía
Etxebarría, o autores como Carlos Ruiz Zafón, Javier Sierra o
Iker Jiménez,
o si los preferimos del Levante, Antonio Ortí y Josep Sampere. Desde luego,
si es por ventas, no creo que se quejen.
Para quien tenga interés, aquí está la dirección de la Feria del
Libro de Valencia: http://www.firallibre.com.
Comentario de los lectores:
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