Anika entre libros

tres ataúdes blancos

Ficha realizada por: Patricia Esteban Erlés
tres ataúdes blancos

Título: tres ataúdes blancos
Título Original: (tres ataúdes blancos, 2010)
Autor: Antonio Ungar
Editorial: Anagrama


Copyright: 1ª Edición, Noviembre 2010 ISBN: 9788433972200
Etiquetas: corrupción género negro mafia policiaco thriller

Argumento:

Un individuo anónimo que guarda un asombroso parecido con Pedro Akira, el líder del partido de la oposición recientemente asesinado por los secuaces del presidente de la imaginaria república de Miranda, ve cómo su vida da un brusco giro, al serle encomendada por los compañeros de Akira la misión de suplantar al candidato fallecido para continuar su labor y desenmascarar, por fin, la corruptela del jefe de Estado, un histriónico y diminuto hombrecillo inspirado en las figuras de diferentes dictadores, como el propio Franco. Sin embargo, los grandes ideales y los hermosos propósitos que llegan a apoderarse del falso Akira, se ven amenazados por la podredumbre generalizada, por la violencia indiscriminada y la ambición de una élite política que no duda en enriquecerse a cualquier precio.

Opinión:


Me atrajo inmediatamente el título de esta novela, merecedora del premio Herralde 2010 y que firma el colombiano Antonio Ungar, un valor en alza de la literatura latinoamericana, que combina su faceta de escritor con la de cronista periodístico.

Esta presencia de la muerte es una constante en toda la obra. La muerte como amenaza para quien desafía al poder establecido, encarnado por la figura de un tirano, el presidente Del Pito, personaje caricaturesco de escasa estatura y crueldad máxima que simboliza a cualquiera de los líderes políticos, pasados o presentes, que han hecho de la ambición y la violencia los dos ideales más representativos de sus mandatos. La muerte como espejismo, como mentira necesaria para desafiar a todo un estamento gubernamental envilecido, como ataúd blanco y vacío del que resurge el líder honesto, Pedro Akira, a fin de hacerle frente a esa minoría que está destruyendo el país, minando sus recursos naturales, exterminando a la población indígena y talando vidas sin más razón que el propio interés económico.

Es la voz misma del suplantador, del hombre sin atributos físicos ni morales, el elegido simplemente  en función de su parecido físico con el rebelde Akira, sumida en un eterno presente de indicativo, la que nos da noticia de esta aventura, que el lector intuye fracasada desde el principio; del intento de regeneración nacional, del propósito ilusionado de un grupo de resistentes que llevan a cabo la resurrección imaginaria del opositor asesinado para poder proseguir la campaña electoral. El falso Akira, que en principio solo representa el papel de un convidado de piedra, de un monigote sin derecho a la palabra o al pensamiento, irá, sin embargo, sintiéndose imbuido por el espíritu revolucionario de su predecesor, y construyendo una nueva identidad heroica, que le procurará la fidelidad de los verdaderos adeptos al anterior Akira y el amor incondicional de una mujer, la enfermera Ada Neira, pero que también acabará convirtiéndolo en el objetivo de los corruptos de su propio partido, en el trofeo más codiciado por aquellos que advierten el riesgo que entraña esa marioneta transformada repentinamente en ser pensante y combativo. Así, el protagonista inicial, un tipo aislado patológicamente del mundo que le rodea, tendente a la dipsomanía y la inactividad crónicas, descubre su otro yo, una personalidad alternativa, el contrafacto idealizado de sí mismo, gracias a la herencia de las ideas y la capacidad para la acción del difunto opositor al régimen presidencial. Y esa adquisición de virtudes e ideales más altos que la propia vida será la que le lleve a afrontar su destino y a cumplir, hasta las últimas consecuencias, la misión que se ha propuesto: denunciar las atrocidades del gobierno de Miranda para derrocarlo y legar un mundo mejor a las generaciones venideras.

En lo que respecta a la estructura, nos encontramos con el empleo de un mecanismo metalitario, pues el libro que tenemos entre las manos es, a su vez, en las dos primeras partes en que se divide la novela, un libro escrito por el propio narrador, a modo casi de prueba de vida, de testimonio de lo ocurrido, que recibirá, ya en el exilio, Ada, la mujer que ama y madre de su hijo póstumo, Félix, nombre que significa “feliz”, “fértil”, y que encierra en sí mismo la promesa esperanzada de un futuro digno.

Pese a la trascendencia y a la fuerte dosis de crítica que encierra esta trama, Ungar ha preferido optar por la risa como instrumento combativo. De ahí el tono irónico constante que emplea en la narración del contexto que rodea al personaje, muchas veces rayano en la caricatura y el esperpento, otras en el humor negro y amargo que congela la sonrisa en el rostro del lector, cuando se comprende que la odisea narrada en un tono de ludismo y euforia por el segundo Pedro Akira está, aparentemente, tan condenada al naufragio como la de su predecesor. 

Patricia Esteban Erlés

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar