hijos del miedo

Opinión:

“Hijos del miedo” es la primera novela de una trilogía ambientada en un mundo, presuntamente el nuestro, en el que existe una guerra eterna entre dos bandos, de los que apenas sabemos quien es el bueno o quien es el malo. Esta guerra que es contínua, día a día, se desarrolla a la vista de todos, pero nadie la ve, pues los asesinatos son camuflados como accidentes en la mayoría de los casos.
 
A lo largo de la novela vemos como Joe se ha visto involucrado en esta guerra, pero también surgen las mismas dudas que le preocupan a él. La primera de ella es saber cómo empezó la guerra, algo que parece que nadie le puede explicar, bien porque tal vez no lo saben o porque quieren ocultar algo. Él sabe por qué lucha, para vengar la muerte de su padre y su hermana, pero aún duda de si está en el bando de los buenos o de los malos.
 
Durante la historia vamos conociendo un poco más a Joe, cómo sus dudas le harán cometer fallos, y es que un asesino no puede dudar, sólo puede tener en mente las reglas, unas reglas que nadie puede romper porque si alguien lo hace puede ser el siguiente en caer.
 
Los asesinos reclutados son jóvenes de dieciséis años cuyos familiares han sido asesinados por el bando contrario (o eso les dicen, porque después de leer el libro quedan muchas dudas). Durante un periodo de dos años serán entrenados para que, en cuanto cumplan los dieciocho, puedan salir a matar.
 
A pesar de sus dudas, Joe es el mejor en su profesión. Su mayor problema es que tiene corazón, y no sabe hasta qué punto podrá trastocar su vida. En una de sus misiones más difíciles conoce a Maria, de quien se enamora a primera vista, lo que trastocará todos sus planes, sobre todo cuando descubre que está embarazada y que es menor de edad. Entonces se dará cuenta de lo crueles que son las reglas que creía tan justas. En ese momento, decidirá que hará frente a todos para conservar a su novia y a su futuro hijo y, junto con Maria, emprenderá una huida hacia lo desconocido, donde cualquier persona puede ser un asesino que los esté buscando. Joe ha pasado de ser el cazador a ser la presa y lo peor es que Maria no se lo pondrá nada fácil y se convertirá en la voz de su conciencia, una conciencia a la que le será difícil adaptarse a esta guerra invisible de la que no tenía conocimiento, pero que no tendrá más remedio que aceptar.
 
Trevor Shane nos introduce en una novela llena de acción, con muchos puntos oscuros y rebosante de adrenalina. Una historia de paranoias, en la que nadie es quien parece. El ritmo es trepidante y muy rápido cuando la ocasión lo requiere y tranquilo cuando debe. Aún así hay muchas lagunas de la historia en el aire, pero el hecho de la historia forme parte de una trilogía puede implicar que parte de estas lagunas, si no todas, quedarán resueltas a lo largo de los dos libros que faltan.
 
Quizá remarque demasiado que estamos ante una trilogía, pero es que considero que es importante saberlo para no quedarnos con una sensación agridulce tras la lectura del libro. Algo que las editoriales se olvidan de indicar, con demasiada frecuencia, cuando publican este tipo de libros.

Mila L. Castelo