la soledad del corredor de fondo

Opinión:

Es para mí imposible hablar de esta novelita y no hacer referencia a su relación con el cine.

Para empezar, porque estamos en un caso de esos en los que la fama de la adaptación al cine eclipsa la novela. La película de mismo título de Tony Richardson (1961) es considerada como un clásico del free cinema inglés. No me gustó esa peli cuando la vi hace unos años (la vi pasada de moda) y la he vuelto a ver (en vídeo) después de leerme el relato, y me doy cuenta de por qué esa película ha envejecido tan mal en relación con el relato en que se inspira, que es mucho más moderno, en contenido y en forma que el 99% de las cosas que se publican hoy. Aunque eso tampoco es complicado.

A ver. En la mítica película no está tan bien expresado como en el libro ese contraste entre el ambiente de opresión y depresión social típicamente inglés (mucho mejor recogido en muchas de Ken Loach, como la magistral Mi nombre es Joe, por ejemplo) con ese acto de libertad que supone el disfrutar del deporte en solitario, y además hacerlo de una manera tan anticompetitiva, tan honesta, tan poco social, que está sintetizada en una de las mejores escenas que yo haya visto nunca, la de Antoine Doinel corriendo hacia el mar en Los cuatrocientos golpes, justamente del mismo año que la novela.

En fin, al margen del cine, el relato de Sillitoe está escrito con un estilo muy sencillo, poco dramático, y totalmente creíble a través de un narrador que tiene dificultades para explicar cuáles son las reglas por las que se rige la sociedad (por qué el mismo no las entiende), y ni siquiera es capaz de justificar en sus palabras sus motivos para ser un rebelde contra esas reglas. Lo justifica con sus actos, y todos entendemos que no es un "rebelde sin causa".

¡Ah! Y es una historia que da ganas de hacer deporte (pero en solitario).

Y otra cosa. Estoy hablando de un relato corto que en esta edición viene con otros 8 cuentos. Están muy bien también. En especial, me gusta uno que se llama Sábado por la tarde.