La dama número trece

Opinión:

Me compré este libro porque alguien dijo en mi foro -cuando salió- que era de más de terror que los otros que había escrito el autor. Lo tuve mucho tiempo en espera por falta de tiempo, hasta que el otro día abrí sus páginas y ya no pude salir de ellas… Me pregunto, para empezar ¿qué filacteria habrá puesto Somoza en este libro para conseguir atraparme tanto?.

En contra de otras opiniones vertidas, lo que yo he vivido con "La dama número trece" ha sido una aventura fantástica donde no he desperdiciado ni una página, ni una estrofa, ni una palabra. He recorrido las más de cuatrocientas páginas embebida en ella, porque si bien al principio costaba entender, poco a poco la historia se complicaba más y requería de tu parte, como lector, para no desperdiciar el talento imaginativo del autor. Si encima sumamos a esto que el final es de los que a mí me gustan puedo darme por satisfecha con el libro.

Es cierto que a veces cuesta seguir el hilo porque la estructura que utiliza José Carlos Somoza en este libro es bastante particular (no el único que la ha usado, pero sí que a todos los lectores les cuesta igualmente aprehender), sin embargo no hace falta más que penetrar en la historia para que no te resulte ajeno, y de ahí que lectores, como yo, lo disfruten más que otros.

Su prosa es buena, cuidada, diría incluso que tiene una especial atención a no repetirse. ¡Con lo fácil que es repetirse cuando se escribe un libro! Bien, pues aquí no ocurre, José Carlos Somoza tiene capacidad suficiente para describir un mismo dolor de diversas formas, dándole matices, figuras visuales, tonalidades incluso. En este punto el autor queda maravillosamente.

La trama, además, es original ya no desde el punto de vista de las Damas (todos hemos leído sobre brujas, sectas o dioses de una u otra forma explicadas) sino desde el origen de su poder. Todos los grandes poetas caen ante sus musas, todo el mundo puede hacer uso de las palabras, y sólo unos pocos son capaces de convertir esas letras en una realidad terrorífica. Magnífica esta idea de darle poder mágico a la poesía en su vertiente más horrorosa.

Pero si de algo estoy encantadísima es de la parte terrorífica del asunto. Como buena amante del terror, las descripciones de las torturas me han dejado anonadada, fascinada incluso. He envidiado todas y cada una de las imágenes que ha sabido plasmar y que a mí no se me habían ocurrido jamás, que ni siquiera había leído en otro libro. La magia más negra, más dura y terrible, y su capacidad para extraer lo más horroroso y convertirlo en realidad produciendo un dolor absoluto ha sido ALUCINANTE.

El resultado de las "filacterias" (ya no que se utilicen como en cualquier otra secta o brujería) es apabullante, subyugante, morbosísimo en ocasiones. No quiero olvidarlas y sé que con el tiempo se irán de mi cabeza, así que he dejado el libro marcado por algunas páginas para rememorar -si algún día me apetece- algunos de estos detalles tan escabrosos que forman parte de lo que más me ha impresionado de "La dama número trece".

Porque eso ha sido el libro para mí: un resultado impresionante.

Anika Lillo