El hombre que amaba a los perros

Opinión:

Tres tramas argumentales en tiempos y lugares distintos que son protagonizadas también por diferentes personajes sobresaliendo en todo este hilo narrativo Leon Trotsky, uno de los más importantes líderes de la Revolución Rusa: la víctima, y Ramón Mercader: el asesino. El otro personaje protagonista es Ivan Cárdenas, narrador en primera persona de las confesiones del exiliado español de nombre falso en Cuba acompañado siempre de dos galgos bolsoi: el hombre que amaba a los perros.

Leonardo Padura comenzó esta novela en 1989 y más de treinta años después ve la luz coincidiendo con el 70 aniversario de la muerte del líder ruso.

Me acerqué a esta novela con el más absoluto desconocimiento de lo que se novelaría históricamente en ella, abrigada por la confianza de una recomendación entusiasta de un amigo y comprobé al terminarla que, efectivamente, hay que leerla.

Este autor de larga andadura, avalado por numerosos reconocimientos, se marca una novela histórica de calidad indiscutible, no solo en cuanto a acontecimientos históricos narrados, también y fundamentalmente por la gran habilidad en la técnica narrativa, porque es una novela muy densa, porque tiene muchas tramas, porque confluyen muchos personajes y porque a pesar de conocer esa muerte anunciada genera intriga contínua y porque, por encima de todo, emerge una prosa de un nivel formidable. Sin precipitaciones, conformando las semblanzas de los personajes profundamente, generando la parte humana del verdugo y de su víctima, arañando detalles de sus sentimientos como si estuviera en sus entrañas. Un asesino con debilidades, con dudas imposibles, miserable, enamorado, firme y manipulado como tantos, frío como el hielo, que suda dentro de su gabardina... que tiene aliento, pasado familiar de peso y un valor que se debilitará con la enfermedad y una seguridad que se difuminará en el exilio, en el desarraigo.

Prosa trabada que fluye al leerla como fluye la figura de Trostky: el eterno exiliado, nómada por imposición también, atormentado por las consecuencias del totalitarismo de Stalin, encarcelado en libertad y altamente humano.

Pero además maneja los escenarios históricos de cada uno de los protagonistas paseando por la Guerra Civil Española, La Revolución Rusa y historia reciente de Cuba.

El narrador y las personas de su entorno son ficción. Es la tela donde se bordan las vidas de Trostky y Ramón Mercader, Caridad, Africa, Frida Khalo, Rivera... el resto de personajes históricos.

Novela intimista que merece ser leída.

Fermina Daza