Anika entre libros

Estirpe salvaje (lij)

Ficha realizada por: Francisco Javier Illán Vivas

Título: Estirpe salvaje (lij)
Título Original: estirpe salvaje (lij)
Autor: Montse de Paz
Editorial: Espasa


Copyright:

1ª edición, octubre 2008

ISBN: 978-84-670-2913-0
Etiquetas:

Argumento:


Las tierras de Slavamir están sumidas en la guerra. En medio de las refriegas que asolan el país, una pequeña aldea es devastada y dos hermanos de corta edad, Ruslan e Yvanka, quedan huérfanos y sin hogar. Un día, una compañía de guerreros hace noche en su aldea y los hermanos deciden huir con ellos. En la tropa del rey, Ruslan luchará por convertirse en un gran guerrero, mientras que su hermana Yvanka aprenderá a sobrevivir en un entorno hostil a las mujeres. El dramático paso de la infancia a la adolescencia, las intrigas por el poder, la lealtad y la traición se entremezclan en esta historia. A través de las azarosas vidas de sus protagonistas, el lector descubrirá que el coraje y el heroísmo pueden florecer en las situaciones más adversas. 

 

LA AUTORA


Montse de Paz nació en Lérida el 4 de julio de 1970. Se licenció en filología inglesa, pero su labor profesional la ha llevado por otros derroteros y desde los dieciocho años colabora y trabaja en organizaciones humanitarias. Su afición literaria, nutrida desde su infancia, se ha enriquecido con su variada labor como educadora de niños y adolescentes, agente social, promotora de eventos culturales, redactora de revistas y guionista de programas de radio sobre valores humanos. Actualmente reside en Badalona, donde compagina su trabajo como directora de la Fundación ARSIS con otras tareas docentes y sociales. 

Opinión:

Siempre tengo delante de mi escritorio un bloc de gusanillo, tamaño cercano al A4, unas veces la página me mira, pintarrajeada, otras manchada con el borrador de un poema, otra con ideas surgidas mientras mi inquieta cabeza piensa ajena a lo que hacen mis manos, y otras, como hoy, me mira blanca, inmaculada, una de las miradas más aterradoras que puede contemplar cualquier escritor o, como puede ser mi caso en este momento, articulista.

La pantalla del ordenador me mira en blanco, enmarcada en azul, los colores del word de windows, a quien siempre habrá que agradecer la enorme ayuda que el procesador de textos significó para los escritores. ¡Cuántas horas de trabajo que nos ahorraron! Y, os aseguro, cuanto menos miedo da la pantalla en blanco. Podemos arrojarnos sobre ella a escribir sin temor, lo que se nos ocurra, que ya habrá tiempo de rectificar, anular, cambiar, modificar, sin volver a reescribir todos los folios... Y ello me trae a Estirpe salvaje, un libro que hace unas fechas terminé de leer y dejé a mi izquierda, sobre la mesa. Deseaba que los personajes, sobre todo Yvanka, me miraran cada vez que me sentase frente al ordenador. Su perseverancia empuñando la espada me iba descubriendo cada día nuevas cosas de ella, de su hermano Ruslan, de cuanto sufrieron al quedar prontamente huérfanos y ser rechazados por sus familiares, creciendo en un mundo hostil, tanto para un chico como, y sobre todo, para una mujer. Me fue contando retazos de su crecimiento, de la lucha de su hermano por abrirse paso en el ejército (hoy en día hubiese sido en cualquier oficina de cualquier gigantesco edificio de cualquier ciudad superpoblada).

¡Qué bellos son los sueños de juventud! Recuerdo ahora mismo unas frases de Rodríguez Marchante, en el sentido de que no "pasaron ni dos milésimas de segundo entre que se inventó el cine y se apoderó de él la fantasía, que es un espejismo sin sed, una erupción vistosa en la piel hastiada de la realidad, otro modo de respirar y oxigenarse", y esa fantasía vive sobre todo en la literatura juvenil, donde el autor, y el lector, se sienten jubilosamente libres, como apuntaba Fernando Marías. Así creo que se tuvo que sentir Montse de Paz dando vida al reino de Slavamir y a sus personajes, entre ellos los dos hermanos que os he citado. Así me sentí yo mientras leía en voz alta (como aquel abuelo de La princesa prometida) este bonito cuento de supervivencia, lealtad y heroísmo, a mi sobrino. ¿Sabéis por qué? Por que mientras duró la lectura de Estirpe salvaje, me olvidé del cambio climático, de los desastres ecológicos que se avecinan, de la crisis económica, del impuesto sobre la renta, de la hipoteca, de... y me sentí como si volviese a tener quince años.

Ese es el milagro de recorrer las tierras de Slavamir con las tropas del rey Vladi, bajo las órdenes de Radomir, junto a Ladislav, Glinka, pasear junto a Elsa, y a Olga, enamorarse por primera vez, soñar en convertirnos en grandes caballeros o en sobrevivir en un mundo de hombres hostil hacia las mujeres.

Aunque, a Montse no se le olvida enviarnos algunos mensajes que, como éste: "dice que no le gusta ir con las putas porque, si lo hiciera, no podría recordar con dignidad a su madre ni mirar a la cara a su hermana" (p. 278), cuya cita sólo pretendo sea un ejemplo, de ese respeto que los protagonistas tienen a su educación y a los valores humanos, en tiempos como los nuestros, tan difíciles y tan faltos de ellos.

Estirpe salvaje forma parte del apartado de mi biblioteca que llamo "Veinte mil leguas de lecturas para soñar".

Francisco Javier Illán Vivas

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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