La mala mujer

Opinión:

¡Al fin he podido leer la novela!

Esta novela la escribió Marc Pastor en catalán allá por el 2009. Fue galardonada con el Premi Crims de Tinta y publicada directamente en catalán con el título original: La mala dona. Tuvieron que pasar unos años para poder leerla quienes no teníamos opción por desconocimiento del lenguaje (o no queríamos, que también es respetable) leerla en catalán. Alianza se encargó de publicarla para que fuera degustada por millones de lectores y aquí la tenemos. Además con un trabajo de edición muy atractivo porque tiene ilustraciones interiores que se muestran al inicio de cada capítulo. Son en blanco y negro, con imágenes relacionadas casi siempre insinuantes, que llevan números romanos, casi como si se hubieran puesto de acuerdo ilustrador y época, pues ésta es una novela que se basa en hechos reales acaecidos en la Barcelona de principios de siglo XX.

Cualquiera que quiera leer algo novelado de la crónica negra española, en este caso centrada en pleno corazón del Raval barcelonés, tiene una opción en esta novela negra. La ambientación es perfecta. Se pueden visualizar con todo detalle -y sin paja en el texto- el mundo miserable, sucio y peligroso de la zona. También es un acierto completo la denuncia de la corrupción, donde los altos cargos e incluso la propia policía ponían trabas a quienes de verdad querían hacer bien su trabajo.

Este es el caso de Moisés Corvo y Juan Malsano. Corvo, especialmente, cree que no es justo que desaparezcan niños y niñas y no se le de importancia -es más, que se silencie o se busquen cabezas de turco si hiciera falta- por ser hijos de prostitutas. Aquí queda clarísimo la existencia de diferencias de clases sociales.

La pareja formada por Corvo y Malsano me ha encantado, son dos personajes duros, grandes, con conciencia. Y lo cierto es que me ha sorprendido el final porque es algo que no me esperaba en absoluto. De hecho me ha gustado precisamente por eso, sea feliz o no.

También me ha sorprendido la realidad del médico que les ayuda en la búsqueda de quien él cree que es el vampiro. Las partes en las que él es protagonista muestra algo más que suciedad, son como indicios de lo que al final conoceremos. Y sí, es sorprendente porque no te lo esperas aquí aunque lo hayas visto antes en películas.

En cuanto a Enriqueta Martí Ripollés, la vampira de Barcelona, cada vez que sale es como si se te enfriara el cuerpo, así transmite el autor su propia frialdad. Es que no había nada bueno en ella. Nada. Es cierto que Marc Pastor acoge la leyenda negra completa de Enriqueta para hacer la novela porque solo se le pudo condenar por el secuestro de una niña, Teresita (o Teresina) Guitart, que no pertenecía a una clase social extremadamente baja ni era hija de una prostituta como las anteriores, pero esta catalana parece que llevaba secuestrando críos desde hacía mucho más tiempo (según la leyenda negra para aprovechar todo de ellos), ya fuera en el mundo del hampa y proveyendo de niños a los pederastas, como para hacer cataplasmas y otros mejunjes de curandera para beneficiarse aún más (de nuevo según la leyenda negra porque investigaciones más recientes niegan esta parte). No obstante existen los testimonios y la propia hija -también puesto en duda- de Enriqueta, Angelita (Angelina en la novela) contó cosas espeluznantes.

Enriqueta ya venía de un pasado difícil, pues pasó de niñera a prostituta, pero tuvo la suerte de que un hombre, el pintor Juan Pujaló, se enamoró de ella y la sacó de ese mundo, sin embargo parecía que esta mujer se movía mejor en el sucio mundo de la perversión y la criminalidad que en el matrimonio. De hecho el que consiguiera críos y crías para pederastas ricos o gente de altos cargos fue lo que la mantuvo segura y, por ello, nunca fue procesada ni condenada como secuestradora de niños para proveer a pederastas de mercancía. Así de duro suena y así de duro debió ser.

La narrativa es sencilla y curiosamente está también narrada por la propia muerte, la Parca, que va tirando pullitas y se encarga de presentarnos a los propios personajes. Esto te hace ver que va detrás de ellos, que a alguno que otro se llevará.

Personalmente creo que Marc Pastor ha acertado en todo, no solo en la narrativa, es que la pareja de detectives me ha parecido magnífica, la ambientación también, y cada vez que aparecía Enriqueta un frío parece traspasarte. Sus escenas, o transmiten gelidez, o muestran momentos horripilantes -en este caso sea real o no, Marc ha conseguido verdaderas escenas de terror-.

Hay otros personajes secundarios como Bocanegra -jovencito-, el cojo pederasta y cómplice Salvador Vaquer o el médico Isaac von Baumgarten, que adornan una historia fea, cruel, sucia y criminal.

En cuanto al final de "La mala mujer", me quito el sombrero.

Anika Lillo