el secreto del alquimista

Opinión:

Con "El secreto del alquimista" asistimos a la lectura de un thriller montado de la forma clásica: con el antagonismo entre los buenos y los malos, el bueno es uno y los malos muchos, el bueno es más bueno que los malos y los malos son… la Iglesia; y hay un misterio de por medio que ambos bandos intentan desvelar.
 
La acción se desarrolla en la época actual y el autor consigue atrapar al lector desde las primeras páginas gracias a su narración fluida. No hubiera sido necesario, ni siquiera, que Scott Mariani hubiese comenzado la novela con un hombre ensangrentado infligiéndose heridas con un cuchillo para llamar nuestra atención. La fuerza de su prosa es tan poderosa que este artificio, común en novelas mediocres, a él le hubiera sobrado. Para la página 38 ya estás irremisiblemente enganchado en la historia.

Por su parte, la editorial no ha escatimado recursos en la obra y cuenta con un muy buen diseño de portada y con una cuidada presentación interior. Sin embargo, considero que no habría sido necesario que hiciese referencia a Dan Brown en la portada de la obra para ganar lectores, la narración de Scott Mariani tiene la suficiente personalidad y calidad como para poder prescindir de estas comparaciones ya que, por otro lado, el autor norteamericano cuenta con muchos detractores. Ha sido un acierto poder acercar el buen hacer de Scott Mariani al público español.
 
Scott Mariani ha sabido insertar con gran maestría los diferentes hilos argumentales dentro la trama principal. Y los ha engarzado de tal modo que el lector no puede apartar la lectura hasta que ha finalizado la obra. La narración fluye a un ritmo rápido pero no agobiante. El autor conoce bien su oficio de tal forma que consigue tener en vilo al lector sin agobiarle, manteniéndole pendiente de la historia sin que decaiga su interés.
 
A pesar de que, a lo largo del libro, el autor va dejando numerosas cabos sueltos; a medida que avanza la lectura los engarza de forma magistral dentro de la trama. Parece que van encontrado su sitio de una forma mágica y resuelve las difíciles situaciones en las que mete a sus personajes de una forma natural y creíble, lo que le descubre como un verdadero maestro del thriller.
 
Aunque el autor nos endulza la narración con una larga serie de palabras malsonantes (joder, capullo,…) que siempre me hacen daño en los ojos cuando las leo, en esta novela encajan bien con las situaciones en que son dichas y con la psicología de los personajes, de tal modo que se difuminan en la trama y son totalmente naturales. Personajes que, por otra parte, están magníficamente trazados a través de sus actos y de los diálogos.
 
El autor aprovecha la trama del thriller para llevar a cabo una crítica muy poco velada de la Iglesia y de su corrupción, y hace hincapié en todo el proceso medieval e inquisitorial a los cátaros. Como él mismo dice: “corrupción, tortura, opresión, guerra y genocidio sistemático y desaforado de la Iglesia Católica”, página 99.
 
Probablemente, lo único que canse al lector sea el uso de temas tan manidos como una Iglesia Católica mala, re-mala; los cátaros, ¡pobrecitos!; el psiquiatra director de una institución, malísimo de la muerte; todos ellos demasiado usados en la literatura reciente.
 
Sin embargo, la maestría del autor hace que el lector le perdone esos pequeños inconvenientes y entienda que la novela original se publicó en el 2007 y que el autor debió de escribirla en el 2005 o 2006, con lo cual los temas tan manidos de los que hablo, aún no lo estaban. Además, su gran maestría con la pluma, su magnífica caracterización de los personajes, los diálogos naturales y el mantenimiento de un ritmo increíble que aumenta in crescendo a medida que avanza la historia, la resolución de los problemas y la concatenación de los diferentes hilos argumentales hacen de "El secreto del alquimista" una delicia para el lector. Con el añadido de que el autor ha prometido al final de la novela que su protagonista, Ben Hope, continuará deleitándonos con sus aventuras.

Gemma Nieto