El asombroso viaje de Pomponio Flato

Opinión:

La verdad es que este último libro de Eduardo Mendoza me ha parecido una obra bastante divertida en general aunque lo fue sobre todo en su planteamiento y durante los primeros capítulos (hasta la mitad del libro aproximadamente). Pienso que al final Mendoza termina sacrificando un poco el surrealismo característico de otras novelas -como por ejemplo "El laberinto de las aceitunas"- por la coherencia y la solidez argumental, algo que pienso no resultaba necesario en un texto de semejantes características.

Planteada como una parodia de las novelas históricas de misterio, Mendoza parece bastante preocupado al final por dar una solución convincente al misterio, cuando es posible que el lector aficionado a la literatura "mendoziana" espere más bien una resolución cercana a "La Vida de Brian" o al menos igualmente paródica que el resto de la novela o similar a otros títulos de su amplia producción novelística (en la vertiente humorística, claro está). Por eso, pienso que en los últimos capítulos la narración pierde un poquitín de fuelle y me pareció - aun sin perder del todo los elementos divertidos (la aparición de Judá Ben-Hur) - menos divertida. Me reí menos. No llega a convertirse en una novela seria o aburrida. La resolución resulta de lo más peregrina, pero la verdad es que me imaginaba un final más loco.

Aunque pienso que a lo largo de la narración aparecen muchos momentos hilarantes, surrealistas, absurdos, algunas situaciones humorísticas exigen del lector un conocimiento previo de textos evangélicos o filosóficos citados o aludidos -e incluso Fábulas de Esopo- para "pillar" bien los chistes. Así por ejemplo cuando el niño Jesús cae de una higuera, mientras espía la casa de Epulón en compañía de Pomponio, maldice al árbol y utiliza los mismos términos que usará Cristo años después ante la presencia de otra higuera, aunque con una intencionalidad distinta. Este aspecto no me parece demasiado grave, aunque sí es cierto que a veces se puede perder la gracia al asunto si no se conocen los hechos o a los personajes a lo que se intenta caricaturizar.

De todos modos, pienso que la novela tiene la misma calidad que el resto de obras del autor; la parodia no está reñida con el rigor literario y lo cierto es que narrativamente a la novela se le pueden poner muy pocos peros, o ninguno: ritmo, agilidad, lenguaje cuidado, excelente estructura narrativa.

Muy aconsejable para todo aquel que quiera desengrasar un poco de la lectura de novelas de gran enjundia o simplemente prefiera pasar un buen rato leyendo.

Joseph B Macgregor