spiderman. diario de peter parker

Opinión:

Hay pocas aficiones más sufridas que la del lector de cómics de superhéroes. Al chocante hecho de tener que prescindir de tu colección favorita cuando no hay suficientes ventas hay que añadir la dificultad que supone ordenar en el tiempo historias de tu héroe preferido de diferentes colecciones (en el caso de Spiderman pueden convivir fácilmente cuatro o cinco colecciones mensuales a la vez, cada una con su línea argumental), entender los “crossovers” (los cruces de historias y personajes entre diferentes colecciones) y que al final, toda la lectura tenga sentido. Eso sin contar con la ruina económica para los denominados completistas.

Por eso, libros como el que nos ocupa resulta tan necesario, sobre todo en un momento en el que el coleccionismo y la pasión por los cómics va más allá del mero entretenimiento pasajero. La edad de los lectores ha aumentado, por lo que su lectura es más atenta y exigente que la de los adolescentes de antaño. Por esta razón no se permiten “gazapos” entre los acontecimientos presentados en una colección y otra. Se acabaron los tiempos en los que las editoriales podían publicar a su antojo y desordenar en el tiempo etapas cruciales de tu personaje favorito. En ese sentido, este libro puede ayudar a solventar dudas al respecto. ¿Qué fue antes, el enfrentamiento entre Spidey y Hulk en Canadá, o la pelea contra el Capitán Britania? ¿En qué etapa hay que enmarcar las Secret Wars? ¿Cuándo aparece en escena el tercer Duende Verde?

Como fan de toda la vida de Spiderman, es emocionante comprobar la evolución pareja del hombre y el superhéroe, a través de estas páginas creadas por un auténtico devorador de cómics. Páginas que devuelven a mi memoria no sólo el eco de grandes historias de heroísmo y tragedia, de humanidad y decepción (Spiderman quizá es el superhéroe más humano; como se cita en el libro: “Superman es lo que todos quisiéramos ser, pero Spiderman es lo que realmente somos”), sino también, por asociación, etapas diferentes de mi vida en las que todo parecía más fácil, y la lectura de cada nuevo ejemplar provocaba que se parara el tiempo. Uno recuerda momentos y sucesos que nunca olvidará, como las trágicas muertes de Gwen Stacy (la primera novia de Parker) y de la capitana Jean DeWolf, amiga personal del Trepamuros. Villanos del carisma de Kraven, el Duende Verde, Misterio, Carroña o el Buitre, aliados de la talla de la Gata Negra o la Antorcha humana, aventuras que mezclaban combates espectaculares con la precaria situación económica de Parker, que malvendía las fotos de dichos encuentros al Daily Bugle. O el eterno delicado estado de salud de Tia May. El tiempo pasaba más lento para Peter Parker (que no parecía envejecer), pero también pasaba finalmente.

Quizás como en ningún otro cómic (al menos como en ningún cómic de superhéroes) cobraban gran importancia los personajes secundarios al margen de la historia central. De manera paralela al conflicto entre el héroe y el villano transcurría la vida de parientes, novias, amigos o profesores con sus propias preocupaciones. Y por supuesto, los problemas de Peter Parker, que mantenía una eterna lucha entre su discreto rol de estudiante sin dinero y su imagen pública de superhéroe. Cuando ambos roles se entrecruzaban (algo cada vez más frecuente, por supuesto) surgía el clímax del drama y otorgaba al cómic tintes melodramáticos. Lo curioso de todo esto es que a veces el lector ¡estaba más interesado en estas tramas sentimentales o familiares que en las peleas con el malvado de turno! En suma, todo un culebrón superheroico que a día de hoy sigue de lo más vigente, a tenor del éxito conseguido con las adaptaciones cinematográficas.

A nosotros, a los verdaderos seguidores de Spidey va dirigida esta guía, que nace del minucioso análisis del autor a partir de su propia colección de cómics (imaginaos el tamaño de la misma) y la comprobación de los datos publicados en el libro “Spiderman. Bajo la máscara” (Dolmen, 2002). Estamos hablando de la lectura y análisis de 1.000 cómics, en una ardua tarea que le llevó ocho largos meses. Toda una proeza que surge del sueño de un fanático de Spiderman, el sueño, al fin cumplido, de ordenar la vida de su héroe tras el caos que suponían sus diferentes publicaciones.

Ya sólo nos queda esperar su continuación, con la pregunta en el aire de si aparecerá la rocambolesca teoría que tanta polémica generó en su día, y que realizaba conjeturas con el clon de Parker (Ben Reilly) y la posibilidad de haberse intercambiado con él durante los años clave del personaje, lo que supondría... ¡que nos habían estado engañando durante años!. Pero esta historia será contada en otra ocasión, o al menos eso esperamos.