historia de sacedon

Opinión:

Los amantes de los libros que recogen la historia de los pueblos de España tenemos un motivo más para la satisfacción. Sacedón, uno de los pueblos más interesantes de la Alcarria de Guadalajara, tiene, por fin, su libro. Aunque es cierto que Camilo J. Cela lo nombró es su "Viaje a la Alcarria" y con ello se le hizo -supongo- un gran honor.

Se trata de una obra amena, contada con bastante detalle en algunos aspectos que los autores han juzgado especialmente interesantes, y que nos da una idea bastante aproximada de los aconteceres históricos de esa villa que, por cierto, en su momento perteneció a Cuenca.

Tiene, además, un buen número de fotografías de las que algunas de ellas son de verdadero interés, y sirven de estimable ayuda para saber un poco mejor cómo se vivía en esos pueblos en cada época registrada. Curiosamente, se podría decir que Sacedón, a pesar de sus posibilidades, es una villa que ha ido a menos con el paso del tiempo. Si en su momento tuvo hasta unos baños reales, "La Isabela", gracias a unas aguas termales, hoy carece de ellos como consecuencia de la construcción del pantano de Buendía, algo que hoy posiblemente no hubiera ocurrido, por la más que probable intervención de los ecologistas. Actualmente casi carece de industria, el turismo ha bajado bastante, aunque hay síntomas de recuperación y la agricultura sigue siendo la base principal de su economía.

Es lo referente a la historia, especialmente interesante resulta el relato de la famosa batalla que Juan Martín "El Empecinado" mantuvo contra el invasor francés en las inmediaciones del pueblo y que se saldó con la victoria del "Empecinado", al que hoy posiblemente considerarían un peligroso terrorista.

En cambio, a mi parecer, pasa de puntillas por acontecimientos tan importantes como los ocurridos con los comuneros y los condes de Tendilla, que tanta relevancia tuvieron en esos hechos ten esenciales para el devenir histórico de Castilla. Apúntese en el debe.

En fin, a pesar de que uno de los autores es sacerdote, no carga la obra demasiado las tintas en el "hecho religioso", aunque da un repaso amplio y bastante concienzudo a todo aquello que tiene que ver con las ermitas, conventos e iglesia del pueblo, lo cual sirve, entre otras cosas, para conocer, por ejemplo, más datos sobre el magnífico monasterio de Monsalud, que lentamente se recupera de su estado de ruina anterior.

Pues bien el libro, que no es en absoluto pretencioso y está escrito con un lenguaje claro resulta entretenido y respetuoso con la historia, incluso con aquellos acontecimientos más desagradables para el pueblo como fueron los de la guerra (in)civil, lo que es muy de agradecer.