el dia y la bruma

Opinión:

Esta pieza dramática de Muñoz Hidalgo (Alcantarilla, 1939) recoge la bruma de los sueños imposibles de Bécquer, la lucha por hacerse un nombre y un hueco en el parnaso literario español, en medio de grandes dificultades económicas, “la ilusión es lo único que no tengo empeñado” dice este Bécquer de Muñoz Hidalgo. La obra supone un trasunto vital de Bécquer, que hizo concesiones literarias y vitales acuciado por la necesidad y que concebía la vida como “un corto camino entre la bruma”, pero es –y es sólo- una bruma que “se aleja del esplendor del día”, debido sobre todo a que “hay pasiones que hacen daño mientras las sientes”. Como dice Mª del Pilar Palomo en su prólogo “Bécquer se debate entre la niebla de su mundo interior y el día de su dificultosa, prosaica y contradictoria existencia cotidiana”. En las páginas de su vida, Bécquer prueba la miel del enamoramiento y la hiel del desamor, aunque sin hallar la estabilidad que proporciona un alma gemela, porque como dice el propio Bécquer “he pasado los más hermosos días de mi existencia aguardando a una mujer que no llega nunca”, que recuerda la afirmación de L. A. de Villena “el amor es un no ha llegado todavía” y que confirma el hecho de que, desde una perspectiva romántica, el buen poeta lírico pase por ser un alma ensimismada. Su particular estructura temporal le confiere a la obra una dimensión onírica, articulada merced a un lenguaje cuidado, habitual en las piezas de este dramaturgo, y a un final reflexivo. Muñoz Hidalgo ha dicho, en relación a este El día y la bruma, que “la influencia de la mujer sobre Bécquer me dio la clave para trazar el tejido argumental que sostiene a los personajes de esta obra y comprometerme con la sociedad y con el propio Bécquer, al que he recreado con todo respeto”. Muñoz Hidalgo, dramaturgo, poeta, ensayista, ha tenido la holgura dramática de ser profesor, por lo que no ha necesitado de sus estrenos para vivir. Este dato ha influído en buena medida en su teatro, sincero y no sujeto a las circunstancias comerciales, de manera que enfrente sin remisión al público con su conciencia. El día y la bruma fue estrenada en noviembre de 2001, en el C. M. San Juan Evangelista de Madrid, por la compañía Teatro del Arenal, dirigida por Ramón Ballesteros y con un reparto formado por Víctor Benedé, Julia Memba, Eva Higueras y Fernando Cabrera, entre otros.