la dalia roja

Opinión:

En enero de 1947 en Los Ángeles, California, aparecía el cadáver descuartizado y mutilado de Elizabeth Short. El crimen, aún sin resolver, conmocionó a la opinión pública por su brutalidad, como queda patente en las varias fotografías que pueden encontrarse en Internet. La prensa siguió el caso de cerca y el asesino se comunicó con el editor de Los Angeles Examiner durante los meses posteriores al crimen, enviándole incluso algunas de las pertenencias de la víctima. El caso alcanzó gran repercusión y fue la prensa quien la apodó La Dalia Negra.
 
En 1987, James Ellroy escribía una novela con el mismo título basada en ese crimen y en 2006 Brian de Palma la adaptaba al cine.
 
Lynda La Plante rinde en esta novela, titulada La Dalia Roja, su particular homenaje a aquel famoso asesinato, aunque con un final muy diferente. La acción transcurre en Londres, y los protagonistas son los mismos que en Más allá de la sospecha, su anterior novela: Anna Travis y James Lagnton. Ambos vuelven a trabajar juntos para intentar resolver un caso que no tardan en descubrir guarda increíbles similitudes con el de La Dalia Negra, incluso en sus más macabros y escatológicos detalles.
 
El autor del crimen no sólo sigue al pie de la letra la mutilación del cadáver o la puesta en escena, también elige a un periodista al que envía las pertenencias de la joven y remite el mismo tipo de anónimos tanto a la policía como a la prensa, con mensajes casi idénticos a los que, más de sesenta años atrás, enviara el asesino de Elizabeth Short. Como en aquella ocasión, los detectives apenas tienen ninguna pista. No hay huellas, ni testigos, ni móvil aparente, y los avances tecnológicos del siglo XXI no arrojan ninguna luz sobre la investigación.
 
La Plante juega bien sus cartas. Conoce el caso de Elizabeth Short al detalle y lo recrea para el lector, omitiendo algunos detalles que sólo los protagonistas conocen y que serán desvelados a su debido tiempo. Sigue día a día una investigación que parece, en principio, infructuosa, pero que termina dando resultados. El proceso es lento y laborioso y queda patente el esfuerzo de la policía al seguir todas las pistas, algunas de ellas inútiles. La autora transmite la tensión y la impotencia que padecen los personajes ante la falta de sospechosos, y consigue contagiar al lector esas mismas sensaciones.
 
La novela es absolutamente absorbente, con una trama bien construida, aunque en ocasiones predecible, que engancha desde el principio. No omite los detalles más escalofriantes del crimen de Elizabeth Short, reproducidos en la nueva víctima, y el seguimiento de las similitudes de ambos asesinatos ocupa la primera parte del libro, sin duda la más llamativa.
 
Paralela a la investigación, se desarrolla una nueva etapa en la relación entre Anna Travis y James Langton, dando continuidad a la que se inició en su anterior trabajo. La detective y su superior, puesto convenientemente a cargo de la investigación, tienen que lidiar con las fricciones que se derivan de su pasado en común, y enfrentarse a sus propios retos para superarlas. 
 
La Dalia Roja es una novela inquietante y pavorosa, sobre la que planea una sombra que infecta al lector y que le hace preguntarse qué tipo de criatura es capaz de cometer un crimen semejante, porque no hablamos sólo de ficción: Elizabeth Short fue una víctima real. Lynda La Plante nos ofrece algunas respuestas a esa cuestión en una novela absolutamente electrizante no apta para estómagos delicados. 
  
Pilar Alonso Márquez