óxido

Opinión:

Óxido es un libro recortado. Al ir avanzando en su lectura se tiene la sensación de que nos hallamos solo ante huellas, ante siluetas de seres, sombras y ecos de dos vidas que durante un tiempo transcurrieron en paralelo. Alguien se llevó a golpe de tijeras el resto del contenido de esa historia, y casi podría decirse que Óxido  es un libro robado a la palabra, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Porque a veces los retazos que nos permite leer Lara López son muy pequeños, piezas apenas comprensibles, fósiles de vivencias que quizás únicamente puedan recomponer e interpretar en su complejidad los personajes implicados en ellas.

Hay todo un universo pespunteado en las páginas espaciosas, donde el texto se perfila como una columna de humo que a veces evoca los días felices, llenos de viajes, de instantáneas, de amigos comunes. Un mundo que se ha extinguido, del que sólo quedan rescoldos fantasmales a los que la protagonista se acerca casi con un tono elegíaco, como si fuera la última vez que mira la imagen tomada en unas vacaciones ya lejanas o lee el e-mail dañino que empezó a cambiarlo todo.

Pienso, al cerrarlo, tras leerlo de un tirón, que este es un libro que colecciona rastros de tiempo extinguido, oxidado, como un álbum fotográfico o un diario que se entierra en el cajón de la mesilla el día en que se compran unas tijeras nuevas y se decide empezar de cero.

Patricia Esteban Erlés