la pianista

Argumento:

La Autora del libro (famoso por ser llevado recientemente al cine por el director Alemán Michael Haneke), nos relata la vida de una Profesora de Piano, que tiempo hace perdió ya el tren del éxito personal, bajo la forma de concertista profesional, para arrastrar su vida bajo la corriente autoritaria de su madre. Siempre obsesivamente presente en todo lo que la hija hace. Una hija que se acerca peligrosamente al final de sus treinta, sin pretendientes conocidos, ni ánimo de tenerlos (o más bien con pocas esperanzas de encontrar a alguien que la merezca).

La Novela está narrada en tercera persona, con un estilo frío, de narrador objetivo, que deja caer las cosas, como involuntariamente, sabiendo que por sí mismas tienen suficiente peso para denotar lo que supuestamente de ellas emana. De ellas emana un mundo sórdido, una atmósfera cerrada, obsesiva, y en la que, este modo de narración, con los escasos diálogos realizados en tercera persona, nos hacen siempre presente una cierta repugnancia, que es el fondo del libro sin duda. La propia autora nos muestra los hechos "a suficiente distancia", para que el hedor, de pequeño-obstinado-mundoburgués que retrata no nos asfixie por completo y podamos continuar la lectura hasta el fin.

En el cuerpo argumental de la novela, se nos retrata a una mujer joven, que vive con su madre, quien la tiene como una pertenencia más, que le dice a dónde tiene que ir o lo tiene que hacer, como si de una niña se tratara. A quien controla 24 h. al día, para que su carrera de concertista (ya imposible), no se eche a perder (la llama al trabajo, dejándola en ridículo delante de sus compañeros, pasea con ella, la aleja de los escaparates y de los hombres, esos desagradecidos zánganos,... y en arrebatos de cólera rompe sus vestidos, porque está mariposa, aún crisálida, es demasiado buena para nadie, porque ella es única, y así ha de estar encerrada en la eternidad del ambar, como un insecto. Erika, la protagonista, tiene su propia habitación, la única de la casa sin cerradura, pero la mayor de las veces duerme en la cama de su madre).

Erika conoce a un joven apuesto, Walter Klemmer, en un concierto de cámara privado. Erika arrastra p-cos escarceos amorosos, cuyo recuerdo provoca naúseas. Este Walter Klemmer se propone hacer salir al insecto de la crisálida para volar, pero entra en un peligroso juego de reglas. Porque la Señorita Kohut, Erika Kohut, sólo concibe reglas y pentagramas, orden y dominación, augusta disciplina y desprecio.

La atmósfera es obsesiva, y como en "La Casa de Bernarda Alba" de Lorca, el fantasma de la líbido reprimida, amenaza con incendiar ese círculo cerrado que ambas forman. Ambas odian a la gente, la madre, cuidadosamente ha separado a Erika de cualquier entorno humano, su mundo es sólo el arte, ni familiares, ni amigos, y menos aún pretendientes. Erika, barrunta todo su odio hacia sus alumnos, la mayoría considerada por ella dilettantes y vulgares, y los maltrata, despreciándolos, vertiendo sobre ellos la falta de amor que arrastra. Su mundo es Schumann y Schubert, a veces Mozart, que sabrán los demás de Schubert, piensa.

Todo el libro es una descripción de paisaje mental. Viena ciudad de neurosis. Erika, es en el fondo víctima, más de su madre que de sí mísma, del loco sentir del éxito, como una única fuente vital, una víctima de su propia insensibilidad, un insecto, como dice la autora, petrificado, que concibe la vida como una partitura,... pero el amor no puede enclaustrarse en las líneas de un pentagrama, ni tampoco se puede vivir sin él. Y este insecto ha sido larvado así... y es incapaz de vivir sin una partitura. Erika, incapaz de sentir apego a las personas, ni a los hombres, Erika incapaz de salirse de ese círculo, acostumbra a autolesionarse, para hacer visible y explícita, una quiebra interior mucho más profunda...

No es un libro agradable, ni en la forma ni en el fondo, pero sí sumamente duro con lo que cuenta. Un libro de espíritus atormentados, y del que hay que decir que tiene un cierto fondo autobiográfico de esta escritora de la Estíria Austríaca, hoy más reconocida