Anika entre libros

nadie encendía las lámparas

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: nadie encendía las lámparas
Título Original: (nadie encendía las lámparas)
Autor: Felisberto Hernández
Editorial: Cátedra


Copyright: Colección “Letras Hispánicas” nº 361 ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

Recopilación de varios relatos del escritor uruguayo Felisberto Hernández. Considerado por los entendidos, junto con Macedonio Fernández, Roberto Artl y Horacio Quiroga, como uno de los escritores de relatos fantásticos más importantes de la literatura hispanoamericana. Su producción literaria se desarrolló entre los años 40 y 60. Fue músico y compositor antes que escritor, faceta esta que trató de desarrollar también a la hora de hacer literatura.

Los relatos incluidos en el libro son:

Nadie encendía las lámparas: En una sala antigua y en semipenumbra de la casa de unas viudas, un pianista lee un cuento ante la concurrencia. Lo hace con cierta apatía, sin poner demasiado el alma en lo que hace, distraído con los mil detalles de la habitación o con las actitudes de los que le escuchan. Cuando concluye un político decide contar otro cuento. Seguidamente, algunos de los asistentes mantienen un conversación con el pianista / cuentista sobre las diferentes actitudes que adoptan los árboles cuando pasean con las personas.

El balcón: Un anciano invita a cenar en su vieja casa a un pianista, para que su hija, que no puede salir de allí por insólitas razones, pueda conocerlo y escucharlo tocar. Una vez allí, el pianista descubre por ejemplo un corredor repleto de sombrillas abiertas y otras curiosidades más como la extraña relación entre la hija del anciano y su balcón.

El acomodador: El acomodador de un teatro descubre un buen día como sus ojos emiten una intensa luz que le permite percibir las cosas más escondidas.

Menos Julia: El protagonista del relato es invitado por un amigo a pasar una noche en su quinta, y una vez allí, embarcarse en un surrealista viaje a través de un túnel en compañía de éste y de sus cuatro hermanas.

La mujer parecida a mí: Alguien piensa que en una ocasión fue un caballo y nos cuenta su peripecia como tal.

Mi primer concierto: Un pianista se encuentra muy nervioso con el estreno de su concierto. Ensaya varias formas de presentarse en escena frente al patio de butacas vacío. Cuando llega la hora de la verdad, conseguirá improvisar un concierto, apoyado por la inesperada presencia un gato.

El comedor oscuro: De nuevo, un pianista es contratado por la señora Muñeca para que interprete música, en un comedor oscuro, durante una hora y dos veces por semana.

El corazón verde: El narrador del relato recuerda cuando de pequeño viajó, acompañado de su madre, desde El Cerro en donde vivían a casa de su abuela. Una vez allí, ésta le regala a su nieto un corazón verde. Convertido de adulto en un pianista bohemio, un ñandú, que deambula por un café, se traga la joya de un picotazo.

Muebles “El Canario”: Durante el trayecto de un tranvía, unos desconocidos se dedican a inyectar una curiosa droga a los viajeros. El protagonista del relato es uno de los primeros que sufre los curiosos efectos del fármaco: escuchar durante todo el día en su mente, una emisión radiofónica, cuyo esponsor principal es la tienda “Muebles <>”.

Las dos historias: Un joven escritor nos trasmite las dificultades con las que tiene que enfrentarse a la hora de plasmar, en forma de cuento, sus vivencias en torno a un fracaso amoroso.

Opinión:

Referencia clara en escritores como García Márquez, Juan Rulfo, Borges y sobre todo Julio Cortazar, se trata de uno de los principales representantes de la irrealidad como opción narrativa frente al naturalismo más tópico o más típico. Partiendo de su propia biografía, Felisberto transforma la realidad en un universo sin normas o con sus propias leyes.

El personaje principal de la mayoría de estos relatos es un pianista bohemio, que bien pudiera ser el propio autor, enfrentado siempre a situaciones irreales, invitado a participar de un universo en constante cambio, sorpresa, donde los objetos cobran vida, sienten y padecen, cambian… o se suicidan por amor como el balcón del segundo relato; visitante habitual de extrañas casas, donde las sombrillas abiertas ocupan todo un pasillo o donde para cruzar un túnel, se verá obligado a cumplir las más estrafalarios y absurdos rituales.

Algunas conversaciones son pura poesía, como el debate sobre los árboles, que mantienen algunos personajes del primer relato. Surrealismo en su raíz más primigenia.

Hernández no espera hasta el final para sorprendernos con una conclusión inesperada; el asombro y la sensación de extrañeza – tanto en el pianista como en el lector - es constante y se produce a lo largo de la narración, en un mismo párrafo incluso.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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