todo barrio

Opinión:

Tras “Todo 36-39. Malos tiempos” y “Todo Paracuellos”, la editorial DeBolsillo recupera “Todo Barrio” conformando un fresco clarificador, ajustado, realista y veraz de una España que tampoco queda tan lejos y de la que aún colean problemas colaterales en nuestra actualidad. Mucho se ha avanzado, pero leyendo este tebeo te das cuenta de que hay cosas que nunca cambian, y es que la sociedad bebe de su pasado.
 
Afortunadamente, y a pesar de lo dramático de la historia de una España que debe levantarse de sus ruinas, este volumen tiene momentos más simpáticos, con toques de humor, que eran imposibles de ver en la crueldad de los anteriores tomos. Cierto que hay momentos muy dramáticos, terribles, de historias personales, de pérdidas... pero también podemos echar unas risitas con algunas escenas. La mayoría de éstas las protagonizan los propios niños, esos niños que hoy son señores y que echando la vista atrás ven cómo una crisis mundial que afecta especialmente a España con una cantidad desmesurada de recortes está llevando al país a una situación demasiado cercana (que no igual, y recemos para que no lleguemos ahí) a la miseria que se vio. La diferencia: no estamos en postguerra.
 
Un detalle de “Todo Barrio”, por cierto, que llama la atención: la madre aparece mucho, sin embargo nunca se le ve el rostro.
 
El cineasta Gonzalo Suárez se encarga del prólogo, donde hermana a Carlos Giménez con Dostoievsky y a “Todo Barrio” con el “Oliver Twist” de Dickens. Ahí es nada.
 
Anika Lillo