maldita física

Opinión:

Soy de esos adultos que cuando fueron niños no entendieron jamás ni las matemáticas ni la física. No tuve un profesor que supiera explicarme como es debido cada cosa: lo que yo recuerdo de mi época es que había que aprender fórmulas de memoria y sus significados de carrerilla, con lo cual no aprendías absolutamente nada si lo tuyo eran, por ejemplo, las letras, y las ciencias se convertían en un problema.
 
No sé cómo se dan hoy las ciencias en el colegio y el instituto, si se han molestado ya de una vez por todas a explicar las cosas como se debe, pero por primera vez en más de cuarenta años he entendido ALGO de ciencias que no sea a través de documentales. El mérito lo tiene “Maldita física” (su autor, Carlo Frabetti, también tiene publicado “Malditas matemáticas”)
 
Quizás el éxito de este libro –que debería ser obligatorio para profesores y alumnos leerlo al menos una vez en la vida- se deba a que Frabetti, además de autor de libros infantiles y juveniles, es también matemático. Sé que no es el único libro dedicado a explicar a los niños alguna ciencia, pero de momento es el único que me consta como “novela” (cortita)
 
Utiliza a la Alicia del país de las maravillas para introducirnos en la ciencia. Con un poco de surrealismo (o fantasía) nos vamos enterando no sólo de qué es cada cosa y sobre todo por qué, si no también conocemos un poquito de historia de la ciencia y a sus mejores representantes.
 
Si el libro hubiera empezado por el final no habría entendido absolutamente nada ¿El motivo? Alicia presenta un trabajo, exactamente lo que hacen/hacían los profesores: un resumen sin profundidad donde si no sabes de qué hablan no te enteras de nada. Lo gracioso es que Alicia es capaz de hacer eso que piden los profesores porque HA ENTENDIDO la física, pero para llegar hasta ahí ha habido un proceso de entendimiento, ése que se echa tanto en falta.
 
Lo recomiendo por varios motivos, algunos ya nombrados. Por añadir alguno más, es tan cortito que te lo lees en un ratito. Y añado… le sugerí a mi hijo (15 años) que lo leyera cuando hacía tiempo que no leía libros por falta de tiempo y ganas, y la respuesta fue muy positiva: lo leyó en un rato y le gustó.
 
Anika Lillo