el cuerpo perfecto en 4 horas

Opinión:

Comencé la lectura de El cuerpo perfecto en 4 horas con grandes dosis de escepticismo y ambivalencia que, capítulo a capítulo, se fueron transformando en indignación y estupor al certificar de nuevo hasta qué punto es posible tener tanta cara y encima forrarse.
 
Según la información ofrecida en la solapa del libro, Timothy Ferris es un entrenador diplomado y miembro del American College of Sports Medicine, bautizado por la revista Wired como el «superman de Silicon Valley» y nominado como uno los empresarios más innovadores del año 2007 por Fast Company. También se dice de él que ha dado conferencias tanto en empresas como Nike como en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, afirmación esta última cuanto menos sospechosa una vez que se lee El cuerpo perfecto en 4 horas.
 
La maquinaria de marketing del libro (que Ediciones B reproduce fielmente) asegura que tenemos en nuestras manos «una guía asombrosa para perder peso en poco tiempo, disfrutar al máximo el sexo y convertirse en un superhombre». La sinopsis nos dice que Timothy Ferris, ayudado por una caterva de médicos, científicos de la NASA, atletas olímpicos, divas del porno y especialistas clandestinos, ha gastado más de 250.000 dólares para probar consigo mismo cada moda, dieta, suplemento y entrenamiento disponible en el mercado hasta identificar las pocas cosas que realmente funcionan con el menor gasto de tiempo y de esfuerzo. Esta guía, se nos dice, nos mostrará de forma clara y sencilla «cómo dormir 2 horas al día y sentirse perfectamente descansado, cómo producir orgasmos femeninos de 15 minutos o cómo pasar a correr de 5 kilómetros a 50 en 12 semanas». 
 
Hipérboles aparte (y dejando de lado capítulos tan ridículos e irrelevantes en el contexto español como el capítulo de “Turismo Médico”), no descarto que algunas de las técnicas y consejos que Ferriss nos ofrece con su mejor retórica de charlatán de ferias (todos los capítulos empiezan con una viñeta que capta bien la atención del lector, en un estilo claro y ameno y que abre nudos de interés que se deslían como muñecas rusas) puedan funcionar para ciertas personas; las que yo he probado, desde luego no han producido ningún resultado. También es posible que la lectura de este libro sirva a muchos para plantearse algunos de sus hábitos y tratar de llevar una vida más sana. Sin embargo, si uno sigue los consejos de Ferriss es más que probable que termine gastando considerables sumas de dinero y causándose daños serios al organismo (a pesar del descargo de responsabilidad con que abre el libro, lo cual ya mosquea, en muchos casos se nos recomienda alegremente tomar fármacos o productos como la Huperzina-A).
 
¿Por qué digo lo de las considerables sumas del dinero?¿Qué es en realidad este libro con apariencia de «bálsamo de Fierabrás» que lo soluciona todo? A mi ver no es más que un catálogo encubierto de productos de todo tipo, una teletienda enmascarada bajo una narrativa más o menos seductora y convincente, en definitiva una máquina potencial de hacer dinero para Ferriss y para las compañías y servicios que éste incluye como respuesta a los problemas que plantea. Por ejemplo, en el capítulo sobre cómo combatir los problemas de insomnio nos encontramos con que lo mejor es comprarse una lámpara goLITE de Philips que emite luz azul y que se puede adquirir en Amazon.com por unos 140 euros (Ferriss no menciona que la luz azul de este tipo de lámparas pueden causar daños irreversibles en la retina). Si la goLITE no nos convence, podemos optar por el más económico Night Wave, una lámpara de pulsos lentos que cuesta unos 45 dólares, o el humidificador de vapor frío ultrasónico de viaje Air-O-Swiss (52 euros). Al final de cada capítulo, Ferriss incluye un recuadro con información sobre cada producto y con una dirección URL simplificada que nos lleva directamente a la página del producto en cuestión, lo cual es el culmen de la comodidad o la cúspide de la desfachatez consumista según como se mire.
 
Decía el difunto Jesús del Pozo que el único lugar que él conocía donde la palabra «Éxito» viniera antes que la palabra «Trabajo» era en el diccionario. El cuerpo perfecto en 4 horas sería otro de esos lugar fantasiosos donde se nos hace creer que sin nada de esfuerzo podemos conseguir resultados auténticos. 
  
Héctor Pascual