decencia
Título: decencia
Título Original: (decencia, 2011)
Autor: Álvaro Enrique
Editorial:
Anagrama
Copyright: 1ª Edición, 2011
ISBN: 9788433972231
Etiquetas:
autores
crítica social
escritores
literatura mejicana
literatura mexicana
mejicanos
mexicanos
sociología
tragicomedia
Argumento:
El viejo Longinos Brumell, miembro de una acaudalada y linajuda familia mejicana, es secuestrado de manera fortuita por una pareja de inexpertos revolucionarios y su atípica madre.
La novela explora dos planos temporales, el presente inmediato del secuestro y de la posterior huida en coche de Brumell con sus raptores, acaecido en los primeros años setenta del siglo XX, y el pasado del anciano magnate, que se evoca desde la niñez de niño rico, truncada por la venta forzosa del rancho familiar a los revolucionarios, la adolescencia en la capital y una primera edad adulta, escindida entre el matrimonio de conveniencia con una heredera de rancio abolengo y el amor desbocado que siente hacia la Flaca Osorio, una mujer también casada con un alto mando militar.
Ese ayer violento, fascinante, en el que el amor y la muerte danzan unidos entre tragos de tequila y farras interminables, se superpone a un presente menos heroico, forzosamente desvaído, que Enrigue va desgranando con admirables dosis de humor y de sabiduría narrativa.
Impagable la retranca de las conversaciones que mantienen los cuatro personajes en esa increíble road story, tan humorísticas y agridulces como soberbios resultan ser los capítulos que rememoran los momentos cruciales, misteriosamente vinculados al presente, de la existencia anterior de Longinos Brumell.
Opinión:
Leer Decencia me ha hecho necesitar a Álvaro Enrigue, autor del que hasta ahora no tenía noticia, pese a que su trayectoria novelística ya se hallaba plenamente consolidada. Me temo que no seré nada original si digo que conforme iba adentrándome en la lectura de este libro de título corto y hasta inexpresivo, si se quiere, iba teniendo la sensación de que se trataba de una obra grande, no solo de una novela bien, implacablemente bien escrita, sino de una de esas raras piezas literarias destinadas a convertirse en clásicos.
Hay tal grandeza en la historia que narra Enrigue para explicarse los cien últimos años de un México apasionado y violento, apasionante y violado por los propios mexicanos, que he leído cada página sumida en el estupor y la admiración, preguntándome cómo era posible un manejo tan endiablado del lenguaje, la consecución de una prosa límpida y suntuosa al mismo tiempo, salir vencedor de un pulso narrativo tan reñido entre el ayer canalla, mítico de un pueblo y su presente atroz.
Enrigue narra una historia que tiene mucho de corrido mejicano, porque en ella, como en esas canciones apasionadas, el amor y la muerte son ingredientes imprescindibles, el hueso y la piel de unos hombres y mujeres acostumbrados a vivir al límite de sus fuerzas. Hay toda una galería de personajes totémicos, que adquieren la solidez y trascendencia narrativa de arquetipos: la actriz de cine voraz, dotada de una belleza racial muy superior a su talento; el militar diminuto y brutal, con cara de astro y ojos de ranura peligrosa; el hastiado dinosaurio burgués, desafecto a su familia y anclado a un amor doliente, en plena senectud.
Una novela que habla de los sucesivos errores históricos que se han cometido en México y de las máscaras heroicas con las que no han dudado en cubrirse el rostro los que los cometieron. Una novela, además, donde el lenguaje es una maquinaria precisa, un mecanismo productor de filigranas del cual el autor nunca parece tener bastante. Una novela que recomiendo desde la admiración y el agradecimiento de la lectora que se ha encontrado, sin saber que así iba a ser, con uno de sus escritores favoritos.
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