Anika entre libros

el coleccionista

Ficha realizada por: Mar Gázquez
el coleccionista

Título: el coleccionista
Título Original: (collecting cooper, 2011)
Autor: Paul Cleave
Editorial: Grijalbo


Copyright: © Paul Cleave, 2011
© Random House Mondadori, S.A., 2012
Traducción de Albert Vitó i Godina
1ª Edición, Mayo 2012 ISBN: 9788425347658
Etiquetas: asesinos autores book criminales detectives ebook e-book escritores género negro investigación libro electrónico literatura neozelandesa manicomio neozelandeses policiaco psicópatas psiquiátrico psycokiller sanatorio sociópatas th

Argumento:


Cooper Riley es un profesor de psicología experto en criminología que desaparece de repente. Se da la circunstancia de que al mismo tiempo que Cooper, una de sus alumnas,  Emma Green, también ha desaparecido y todo apunta a que ha sido secuestrada.

Theodore Tate, un policía que acaba de salir de prisión, es contratado por su abogado, Donovan Green, para que encuentre a su hija, precisamente la desaparecida Emma, a la que Tate atropelló conduciendo en estado de embriaguez. Tate aceptará el caso para saldar así la deuda que cree tener pendiente con la familia de Emma.

Por otro lado tenemos a Adrian Loader, un enfermo mental que tiene por afición coleccionar objetos de asesinos en serie. Pero le falta una pieza, la más importante de su colección…

La investigación de Tate nos llevará hasta Grover Hills, una institución mental que cerró sus puertas hace unos años y que esconde muchas incógnitas.

Opinión:


Pensaba que la obsesión por los asesinos en serie era patrimonio casi exclusivo de los norteamericanos, quienes continuamente nos bombardean con películas, series de televisión y libros basados en psicópatas y perturbados. Después de leer El coleccionistadel neozelandés Paul Cleave, me queda claro que el fenómeno no entiende de fronteras. El escritor también sucumbe a esa fiebre que, en su caso, traslada a su ciudad natal, Christchurch, donde en medio de un calor asfixiante, asistimos a un desfile apabullante de asesinos en serie, y puedo asegurar que pocas veces he visto en un mismo libro tanto loco suelto.
 
El coleccionista es un libro claramente deudor de la literatura norteamericana. Al hecho de estar influenciado por el socorrido recurso de echar mano del típico asesino en serie, se suma el estar plagado de los clichés más vistos del género, no solo en cuanto a los psicópatas, también en lo tocante a los policías encargados de resolver el caso. Theodore Tate, el investigador protagonista que tiene que averiguar el paradero de Emma, tampoco consigue escapar a ese cliché: expolicía metido ahora a detective, exalcohólico, carga con el peso de la muerte de su hija pequeña, está separado de su mujer que actualmente está internada no se sabe muy bien dónde…
 
Este prototipo tantas veces visto funciona porque dota al investigador de un halo que lo hace más interesante, y es que las sombras siempre nos tientan más que la luz, y los pasados oscuros tienen mucho atractivo aunque la originalidad brille por su ausencia.
 
La trama al principio resulta bastante compleja y se hace difícil de entender. Pese a que no todos los perturbados de la historia tienen el mismo protagonismo, las continuas referencias en el libro a otros psicópatas y dementes (al parecer protagonistas de libros anteriores) como Melissa X, El trinchador, unos hermanos gemelos, el padre de los gemelos, el tío de los gemelos… hacen que el lector se encuentre un poco perdido y por ratos crea que la trama es demasiado rebuscada. Por otra parte la curiosidad del lector por saber y comprender lo que está pasando, también consigue que se devoren las páginas del libro y que éste se convierta en una especie de page-turner.
 
Hay que reconocer que el autor se ha esforzado y al menos en lo que al principal demente de todos se refiere, Adrian, se ha esmerado ofreciéndonos una caracterización muy profunda del personaje. Con él Paul Cleave sí ha conseguido escapar al influjo norteamericano y nos presenta a un personaje más creíble y coherente –nada que ver con el típico asesino en serie provisto de una inteligencia superior que juega con la policía trayéndola en jaque-, con un pasado muy interesante que nos lleva a conocer una jugosa subtrama donde en los extintos centros psiquiátricos todo parecía tener cabida. 
 
A diferencia de otros thrillers donde a medida que avanza la investigación lo que vamos conociendo es a la víctima, en “El coleccionista” el autor bucea en la mente de los psicópatas, especialmente lo hace con el personaje de Adrian,  y los capítulos se van alternando entre los avances de la investigación, narrados por el propio Tate, y las acciones de Adrian.
 
Con el experto en criminología y ahora desaparecido Cooper Riley no ocurre lo mismo, es más difuso que Adrian y al no estar tan detallado se le entiende menos; sin embargo es una clave principal en el libro porque quizá precisamente por esa falta de desarrollo literario, es el que más sorpresas regala al lector dejándolo más de una vez con la boca abierta, y eso en un thriller se agradece y mucho, porque al fin y al cabo es de lo que se trata.
 
Hay algunas escenas que resultan inverosímiles, me refiero por ejemplo a una en la que Tate escapa de un incendio. La facilidad con la que dobla un colchón y lo saca por la ventana es poco creíble. Es la típica escena que puede funcionar en la gran pantalla gracias al efecto visual que facilita el entendimiento de muchas cosas, pero en la literatura se requiere algo más de desarrollo. Luego hay partes donde los descubrimientos de las pistas o la facilidad con la que Adrian sale airoso de sus acciones perturbadas, se deben más a la casualidad que a la causalidad. Se compensan porque hay otras conseguidísimas y cargadas de tensión, como una en la que Emma Green le cura unas heridas a Adrian, y que funciona a las mil maravillas porque el lector sabe que algo va a pasar pero no sabe qué y cuando pasa todavía es más sorprendente de lo que se esperaba.
 
La principal objeción que le pongo al libro, es que además de algún que otro error en la traducción al castellano, el texto está salpicado de laísmos y sobre todo de loísmos, circunstancia que pese a ser usual en algunas zonas geográficas no deja de ser incorrecta desde el punto de vista gramatical, y sería de agradecer que esos errores fueran subsanados en ediciones posteriores.
 
Dicho esto, en conjunto El coleccionista es un buen thriller, cumple a la perfección el cometido para el que ha sido escrito, mantiene el interés hasta la última página, y deja con ganas de seguir leyendo a Paul Cleave.  
 
María del Mar Gázquez

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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