cuadernos. 1957-1972

Opinión:

Casi inconscientemente, empecé a leer este libro en un momento no muy alto de mi estado de ánimo... y acabó alegrándome los dos días que pasé junto a este señor tan pesimista, qué cosas tienen los libros.

Me lo explico de la siguiente manera: el leer sobre temas tan tremendos acaba provocando una saturación que tiene efectos diametralmente adversos, la famosa ecuación (hablo de memoria, que en mates yo siempre fui muy malo) "- + - = +", lo cual, y bien pensado, me salió la jugada estupendamente, que a mí no me gusta angustiarme a lo tonto.

No todo es del mismo tono negro negrísimo; escondidos, hay aforismos, frases, pensamientos, llenos de ironía. Fernando Savater tenía, pues, toda la razón al decir de su gran amigo Cioran que era una persona llena de sentido del humor. Además, España es un tema recurrente en estos "cuadernos"; quizá por su fama de nación desgraciada.

También creo que, hasta que no se sufre, no se puede leer a Cioran. Unas cuantas experiencias personales me han puesto en la disposición más adecuada para acercarme a su obra, y sus frases caen como un bálsamo a cualquier "alma atormentada".

Esto no quita para que haya algunas aseveraciones perfectamente estúpidas (nadie es perfecto), a pesar de que el texto haya sido revisado y seleccionado por una experta en su filosofía: lugares comunes, tópicos nacionales ("los franceses esto, los alemanes lo otro...", cosas así), pero no obstante, el libro es una guía espiritual de perfectos ateos como yo, absolutamente recomendable. El formato "píldora" de este libro hace, además, que sea un libro de cabecera, de leer una página un día, dos el siguiente: en fin, me ha impactado y, aunque no creo que sea para todo el mundo, al que le llegue, lo recordará toda su vida. Excelente, y escrito sin ninguna floritura, además. La antítesis del filósofo abstruso.

Que me ha encantado, vamos. Quién lo iba a pensar de un tarugo como yo...