pedro i el cruel

Opinión:

Ya el propio subtítulo del libro, La nobleza contra su rey, anuncia el especial interés del autor por dejar claro el clima de enfrentamiento en que se desenvolvió el reinado de Pedro I de Castilla. En efecto, se analiza muy especialmente el acoso al que los nobles, liderados por el bastardo Enrique de Trastámara, sometieron al monarca desde sus primeros días en el trono hasta que finalmente pusieron fin a su vida de modo traicionero. Cuando a un gobernante le ponen zancadillas precisamente quienes deberían cubrirle las espaldas, el fin de sus días en el poder está cantado.

Este trabajo abre al lector aficionado a la Historia una nueva visión de la figura del rey Pedro I El Cruel, del que todos habíamos aceptado como histórica precisamente la imagen que su apodo proyecta. La tesis de Manuel Barrios apunta a que su verdadera personalidad, muy alejada del tópico que algunos han querido admitir transmitir, era la de un monarca legítimo acosado por intrigas —finalmente victoriosas—, pero valeroso y amante de la justicia. Es obvio que el gran valor de esta obra es precisamente esa aportación.

Su estilo culto y elegante —pero asequible al lector medio—, parece en ocasiones venir dictado por cronistas del siglo XIV. Un bello recurso estilístico con que el autor agrega valor a su ya de por sí excelente trabajo.

Con especial interés se leen las numerosas anécdotas, bien documentadas, que contribuyen a perfilar la verdadera personalidad de un monarca al que la Historia se ha empeñado en tratar injustamente. El impagable aderezo de la ironía inteligente, que recorre todo el libro, facilita la sonrisa cómplice del lector, que advierte claramente, pese a su sutileza, los matices de las verdades y mentiras históricas.

Se aporta infinidad de datos sobre la Sevilla de la época, sus barrios, sus collaciones (parroquias), sus tipos y clases sociales.

Pese a tratarse de un estudio de la personalidad del rey D. Pedro I de Castilla, y no seguir una trama novelesca, esta obra ha sido concebida bajo la premisa de la amenidad, de manera que se lee como si se tratase de una novela, lo que la convierte en objeto de lectura para un sector de público no habituado a este tipo de obras de divulgación histórica. 
 
José Antonio Carbonell Pla