la ley de murphy del amor

Opinión:

Debo decir que soy un auténtico enamorado (nunca mejor dicho) de la Ley de Murphy lo que en cierta medida choca con mi forma de ser, pues no soy precisamente pesimista.

Creo que aunque su raíz es pesimista en realidad lo que esconde la citada ley es mucha verdad, lo que en ocasiones nos facilita la vida ya que podemos estar prevenidos para todo. Nada nos puede pillar por sorpresa pues todo debe preverse.

Y creo que tiene mucho mérito este libro ya que el tema del amor es tan manido que resulta complicado ser original, y el autor en ocasiones lo consigue. No obstante no llega al nivel de brillantez de la ley de Murphy para abogados, auténtica obra cumbre.

Por supuesto se lee del tirón y las carcajadas están auténticamente garantizadas.

Entre el conjunto de leyes o axiomas propuestos por el autor destacaría la Ley de Finagle dentro de las Leyes del amor que dice que la cantidad de amor que existe en una pareja permanece constante, a medida que va creciendo el amor de uno de sus miembros, el del otro va disminuyendo. Como se ve la fina ironía está siempre presente.

Totalmente absurdas pero ciertamente reales la Ley de la carta de amor dentro de las leyes para jóvenes enamorados que dice que la mejor manera de inspirar nuevas ideas es lacrar la carta, o la Regla de orden sobre fertilidad dentro de las Leyes para los padres que dice que regalar ropa de bebé es el método más seguro para quedar embarazada de nuevo.

Dramática la Ley de Dole dentro de las Leyes para los enamorados de (una cierta) edad que dice que la capacidad sexual disminuye con más rapidez que el deseo.

Y ciertamente destornillante la Regla del príncipe Felipe dentro de las Leyes para el matrimonio que dice que cuando un hombre le abre la puerta del coche a su esposa, o bien el coche es nuevo, o bien la esposa es nueva.

Estos ejemplos solo son algunos de los cuantiosos y jugosos que podemos encontrar dentro de este maravilloso libro. 
 
Raúl Borondo García