Ami regresa

Opinión:

Los libros de "Ami" de Enrique Barrios están llenos de pequeñas enseñanzas de bondad y efectividad. Desde que leí aquello de que no había que pre-ocuparse, si no ocuparse, debo admitir que me rijo por ese método y me funciona muy bien, incluso me anima a seguir adelante en momentos difíciles y me siento más útil.

En "Ami regresa" tanto Pedro como Vinka descubren que tienen una misión y se despeja una duda más: su origen. A pesar de vivir en planetas distintos, su verdadero origen está en otro lugar, y el por qué están viviendo de nuevo en otros sitios implica una especie de superación de sus defectos (algo parecido al karma, si no igual, y a la reencarnación). Leyendo los libros de "Ami" da la impresión de que todas las respuestas a las preguntas están aquí. Y debo decir que no hay una sola reflexión que haga mal al ser humano, al contrario, ayudan y mucho a ser mejor persona, a crecer espiritualmente, y poco importa que tengas doce años o cuarenta, lo importante es querer cambiar para mejorar. A mí esto me parece importantísimo. Poco importa pues que Ami existiera o que la historia que te cuentan sea verdad o fantasía, pues creer en ella no es sólo bonito, también es evolucionar, sin duda. Personalmente lo recomendaría a TODO el mundo, a cualquiera, y particularmente a aquellos que suelen decir "a mí nadie me cambia", porque aunque les fastidie, les haría ver que lo que creen que es carácter son, en realidad, defectos que les impiden evolucionar espiritualmente. Y en los días que vivimos de apego a lo material, de guerras civiles sangrientas, etc… estos mismos días que se parecen tantísimo a las profecías del fin del mundo donde los hijos pierden el respeto a los padres e incluso los matan, o los hombres asesinan a sus mujeres y violan a sus hijos (¡qué triste realidad!), o la Tierra parece despertar y hace que sus volcanes escupan lava, las placas tectónicas se muevan creando destrucción, etc… creer en "Ami" es muy parecido a creer en Dios. Si tenemos además en cuenta que para "Ami" Dios es Amor, la ecuación es perfecta: bonita, útil, beneficiosa…

Como en el primer tomo, aquí también sigue el sentido del humor por parte de Ami (continúa llamándolo "Míster Paranoico", por ejemplo) pero además está graciosísima la parte en que Pedro acusa a Vinka de haber plagiado su libro "Ami, el niño de las estrellas" (lo entenderán quienes sepan que ambos cumplen con una misión, la misma, y lógicamente cuentan lo mismo para darlo a conocer en sus planetas).

Y qué decir del momento en que Pedro conoce a Krato y se ofende por el sentido que le da a su nombre. Genial cuando Ami le dice que sus nombres significan lo mismo. Y es que, en el fondo, Pedro aún no ha crecido, sigue siendo un niño, continúa aprendiendo y, a pesar de no entenderlo todo, debe hacer acopio de sus posibilidades porque en esta ocasión también tendrá que escribir un libro, el segundo, "Ami regresa".

También aquí les enseña parte de su magia -y de la de otros- ese gran misterio que hoy día es ilusionismo pero que parece que podría existir dado que utilizamos tan poca parte del cerebro. De nuevo remite a la frase "querer es poder".

Personalmente me ha llamado la atención que nombre como signo evolutivo algo que hace mucho tiempo que yo misma estoy haciendo, esto es, rechazar de mis pensamientos todo aquel que sea negativo y suplirlo por otro más amable. Leer esto ha sido como recibir un premio, en serio, una experiencia muy gratificante.

Respecto a la trama, en esta parte Pedro y Vinka hacen más viajes. Además de visitar Kía (el planeta de Vinka -menos evolucionado que La Tierra- donde los terris zumbos son como gorilas protagonizando "Mad Max") también van a Calibur (pequeño planeta entre los dos soles que forman Sirio) donde se producen genéticamente plantas que sirven para llevar a los planetas que lo necesitan, o también, incluso, van al planeta de Ami… un planeta juguetón lleno de seres aparentemente infantiles con un carácter alegre y cuyos diseños (casas, ciudades, empresas…) nos hacen imaginar a la fábrica de juguetes de Papá Noel en el Polo Norte, con sus pequeños ayudantes. Además, es ahí donde deja caer que las hadas, gnomos o sirenas en general, conviven con ellos pero en otra dimensión.

Me gustaría finalizar diciendo que los dibujos son excepcionalmente bellos. Tratados con los mismos tonos azules del primer libro, esta vez son incluso más bonitos, y se debe, creo, a los rostros de los personajes. Felicidades a Eliana Judith Temperini, encargada de las ilustraciones.

Anika Lillo