esa gigantesca pequeña cosa

Opinión:

A tamaño gigante, de forma que amplitud y título se hermanan, “Esa gigantesca pequeña cosa” está encuadernada en tapa dura y sus ilustraciones son de forma aleatoria bien completas, bien página sí, página no, pero para esos casos está el texto al que le han dado distintos colores para hacer el cuento más bonito.
 
En cuanto al argumento, no le quedará claro desde el principio al niño pequeño de qué habla Beatrice Alemagna, pues le pone unas dosis de misterio y obliga al niño a prestar atención para, finalmente, descubrirle que habla de la felicidad. También podría hablar perfectamente de la infancia y no haría falta cambiar ni una letra del cuento, quizás porque la autora remite esa felicidad a la infancia y cuando muestra un adulto se siente nostálgico (los adultos también pueden ser felices, de ahí la ambigüedad que he encontrado en el cuento). Sirve, eso sí, para que los papás y los hijos hablen de ambas cosas, qué es la felicidad y por qué es tan bonita la infancia, justo este estadio en que el que viven ellos cuando tienen edad para este cuento.
 
Anika Lillo