el yelmo del caballero

Opinión:

Ocurre muy a menudo que se tiene un determinado concepto (o prejuicio), casi siempre negativo, sobre algo que no conocemos o de lo que tenemos ideas preconcebidas por comentarios ajenos. Y uno de los puntos que más se pueden citar o comentar es el que dice que las novelas de fantasía son todas iguales. A saber, elfos, criaturas, magia, protagonistas femeninas exuberantes, protagonistas masculinos musculazos, etc. Quizá sean ideas que se han establecido en nuestra retina tras ver y leer las obras de Tolkien, Howard, Moorcock, etc. que se consideran clásicos y ya no nos mueven de ahí. ¿Quizá sea miedo a ver que hay mucha versatilidad en estas aventuras fantásticas de autores más desconocidos?
 
Una manera de poder aseverar esto es que en la colección de Excálibur Fantástica ya he tenido oportunidad de comprobar que la respuesta es sí, que hay muchas historias diferentes, con elementos y personajes muy diferenciados y que en poco se parecen unas a otras. Es lógico que en todas ellas se vean influencias de loa autores anteriormente citados, al fin y al cabo son las lecturas que han tenido que “aguantar” si querían leer algo de este género. Y eso está cambiando. Poco a poco pero ahora hay una base de autores en castellano a los que se les está dando oportunidad. Y no solo en esta colección, sino en otras editoriales, aunque todavía son oasis en el desierto. 
 
El yelmo del caballero es una novela en la que se mezcla la magia con la fantasía épica, la que muestra batallas, alianzas entre reinos, conjuras políticas y palaciegas, y en la que quizá se ve una, a veces, excesiva descripción o enumeración de detalles de las escenas que se nos cuentan, y podría buscarse una explicación, quizás, en sus partidas de rol, a las que Sergio es aficionado. Me explico, en ellas se inventa una historia alrededor de unas situaciones que un director de partida determina, y supongo (no he jugado nunca a ello) que la descripción exhaustiva de todo lo que rodea a su personaje, debe estar bien determinado. Y eso, trasladado a la novela no queda de la misma manera. No digo que esté mal, de hecho se nota una buena formación filológica en la que las palabras y frases están bien formadas y colocadas, pero creo que hay otros aspectos de la novela que son mucho más interesantes y que abocan al lector a ir en su busca. Y por eso, igual no se le da tanta importancia a cuál es el color de una flor que hay en el camino.
 
Por otro lado, el libro está dividido en dos partes, y se nos reúne en torno a cinco o seis personajes principales, o al menos que tienen peso en la trama, y veremos cuál es su desarrollo a lo largo del camino que les lleva a formar parte de una partida de más altos jugadores, los dioses de este mundo creado por Sergio para la ocasión. Esos Seis Continentes azotados por una guerra de la que intentan alejarse. Toda una novela fantástica de las denominadas como novelas río.
 
Y como siempre, cada lector tendrá su personaje favorito, o aquel en el que se siente más identificado. Y creo que seremos muchos los que en esta ocasión nos acercaremos a Sural, ese rey guerrero que antepone su pueblo a sí mismo, con su código de honor. No muy alejada la imagen que me formo de él a la de el Conan de Howard. Y acertada veo la manera en que se entrecruzan esos momentos de magia con las luchas y batallas más terrenales. Sin estridencias ni apreturas por encajarlas de manera que se oigan chirridos. 
 
El yelmo del caballero es un nuevo hito en el camino del fantástico español, un paso lento pero seguro, que espero que en no muy lejano tiempo vuelva su vista a estas novelas y sean generaciones venideras las que beban de estas novelas para escribir las suyas propias. Y que nosotros lo veamos. 
 
Fernando Martínez Gimeno