¡Manos a la obra!

Opinión:

"¡Manos a la obra!" es un libro infantil para niños a partir de cinco años, escrito e ilustrado por Luisa Vera.

Lo primero que va a llamar la atención de los niños es su gran tamaño, de 29,0 x 29,0 cm, y la ilustración de cubierta, llena de color y con muchos edificios. Además, los protagonistas, Diego y Aida, salen subidos a un cohete con forma de edificio. La edición, por parte de Combel, es en tapa dura y con las páginas de un gramaje tipo cartulina, para facilitar el manejo de los niños.

"¡Manos a la obra!" es un libro con el que los niños van a aprender a la vez que se divierten, ya que está lleno de ilustraciones y con un montón de solapas. Para los niños pequeños, las solapas son algo llamativo y hace que la experiencia de la lectura sea más entretenida, por descubrir qué se esconde tras ellas. Además, para los más pequeños, ayudan a que desarrollen su sistema psicomotriz.

Con "¡Manos a la obra!", los niños van a realizar un divertido viaje por la arquitectura universal.

Nada más comenzar su lectura, conocerán a Diego y Aida, los protagonistas. Diego y Aida son arquitectos, y están construyendo un edificio muy peculiar, con el que van a poder viajar en el tiempo. Con él, recorrerán la historia de la arquitectura y su evolución, no sin antes explicar a los pequeños lectores la importancia de los arquitectos, construcción y ubicación de los edificios.

Con Diego y Aida, los niños visitarán a la prehistoria, Egipto, China, Grecia y Roma. Después, en la Edad Media conocerán el estilo románico, gótico y la arquitectura islámica. También visitarán el renacimiento y el barroco. Y más en la actualidad, la arquitectura del hierro, modernista, Bauhaus y el presente, ya que Diego y Aida tiene que llegar a tiempo para la merienda.

Cada época se compone de una gran ilustración a doble página en la que los niños podrán observar características de cada arquitectura, como por ejemplo, dólmenes y menhires, las pirámides, pagodas, arcos y cúpulas como en el coliseo romano, el Palacio de Versalles o la Sagrada familia, entre otros.

En cada etapa del viaje, los niños encontrarán un desplegable, en el que con una narración muy divertida y amena, se les explica a los niños ciertos detalles de las construcciones de cada época y alguna que otra curiosidad. A pesar de la temática, el texto no resulta denso y, como se centra solo en los detalles principales, es fácil de recordar posteriormente.

Una vez superada cada etapa, y también a doble página, los pequeños lectores encontrarán un divertido juego para realizar, cada uno es diferente, lo que hace que "¡Manos a la obra!" sea mucho más ameno. Por ejemplo, hay un pequeño laberinto en los jardines de Versalles para encontrar a María Antonieta; un "busca y encuentra" de objetos escondidos; un mosaico romano en el que buscar la pieza que no se repite o localizar las piezas necesarias para acabar de montar la vidriera gótica, entre otros. Estas actividades me han parecido todo un acierto, ya que hace que los niños experimenten la lectura de diferentes maneras.

Las ilustraciones tienen un enfoque muy infantil, con trazos sencillos y expresiones muy divertidas. Sus colores son muy llamativos y crean mucho contraste entre ellos. A pesar de que están destinadas para niños, la autora ha representado los edificios y las características más llamativas de cada época de una manera fidedigna, para que cuando los niños los vean en la vida real, o lo estudien en el colegio, lo puedan relacionar. Hasta la famosa araña del Museo Guggenheim sale en ellas.

En resumen, "¡Manos a la obra!" es un divertido libro educativo con el que los niños, y no tan niños, aprenderán de una manera sencilla sobre el paso del tiempo en la arquitectura.

Vane Gómez