Yo también fui a EGB... y tampoco fue pa' tanto

Opinión:

Un libro de humor, de los locutores y guionistas del programa radiofónico "La Parroquia", en el que se trata de desmitificar los años de EGB, comentando que ahora todo es mejor que en aquellos tiempos, y dando ejemplos de ello; los columpios oxidados y los parques sin protección, los coches sin aire acondicionado, la falta de teléfonos móviles, las líneas de internet de baja capacidad que no soportaban teléfono e internet a la vez, la presencia de un solo teléfono en las casas, y además en sitios donde toda la familia podía oirte, las cintas de casette y las de video, que había que rebobinar antes de devolverlas al videoclub, los primeros restaurantes chinos, etc.

Claramente a la estela de los fenómenos en redes que fueron/son los blogs de "Yo también fui a EGB", posteriormente publicados en formato libro, que juegan con la nostalgia de los que fuimos a EGB, en este caso cambiando esa nostalgia de aquellos años, por el humor. Pero si es verdad que la nostalgia juega un papel fundamental en "Yo fui a EGB", este humor se queda, para mí, un poco "light". Porque para casi todos nosotros los tiempos pasados fueron mejores; porque éramos mucho más jóvenes, no teníamos las preocupaciones de la vida adulta, y porque todo nos resultaba "nuevo" (sobre todo con todo lo que vino y vivimos despúes). Por eso los blogs originales de "Yo también fui a EGB" son un éxito, y eso ha posibilitado su publicación en formato libro; casi lógicamente, el paso obvio era una especie de parodia, una desmitificación de ese éxito.

Aquí, los autores han basado esa desmitificación en contrarrestar toda esa época; pero para mí, hay un posible "error de concepto": en los libros de "Yo fui a EGB" creo que no se dice que aquello fuera mejor, sólo nos muestran recuerdos de una época que, como he comentado, para nosotros fue mejor. Por eso, escribir un libro "demostrando" que aquello fue en realidad peor, utilizando un título casi idéntico, y una portada también reconocible, en mi opinión no acaba de cuajar del todo. Además, se queda, otra vez en mi opinión, un poco corto (tanto en los temas tratados, como en la profundidad de ese tratamiento), pasando muy por encima de aquella época, y de lo contado. Es decir, que cuenta poco de aquella época, y se queda muy en la superficie.

Sí, hay humor, te lo pasas bien con él; además, las ilustraciones de Agustín Jiménez son también muy graciosas, por lo que podríamos decir, en definitiva, que cumple su cometido, que es el de hacernos pasar un rato divertido, claro que utilizando como estrategia el éxito anterior de otra serie de libros del que se "retroalimenta".

J. Javier Arnau