Yo estoy en la imagen

Opinión:

Este libro bien puede entenderse como la continuación, ampliación y remate de la investigación que el propio Miguel Ángel Hernández  hiciera para su novela "Anoxia", en la que el autor murciano nos sumergía en la magnética historia de una persona a la que encargan retratar a un difunto el día de su entierro. A lo largo de toda la novela, habrá unas teorizaciones muy interesantes sobre nuestra relación con la imagen, los vínculos de la fotografía con pasado y presente, el recorrido entre íntimo y filosófico que encierra el acto de mirar.  

La obra está dividida en cuatro bloques temáticos -imágenes, tiempos, espacios y memorias-, para un recorrido que circula a medio camino entre el ensayo académico y la narrativa personal, mostrándonos la forma en la que las imágenes se componen y con qué intención se hacen así, señalando además de qué manera dialogan con nuestras vidas en un mundo en el que la imagen ya tiene tanta presencia que ha llegado a la saturación.

El autor insiste en que las imágenes no son meros objetos inertes, sino superficies que tienen mucho que ofrecer e interpelan al espectador. Le interesa mucho -ya lo hacía en la novela- la anacronía inherente a las imágenes, sobre todo en torno a la idea de que cada imagen guarda una parte del pasado, encapsulándolo, y permanece como testimonio de aquello que ocurrió en el presente apenas un instante. Son especialmente interesantes las páginas dedicadas a la capacidad de la fotografía de interpelar y evocar memorias colectivas e individuales. 

Con muchas de las partes del texto escritas en primera persona, con frecuencia el autor lleva la reflexión hacia un terreno más íntimo, integrando recuerdos personales que dialogan con obras de arte y fotografías. Este enfoque autobiográfico añade una dimensión afectiva al ensayo que se disfruta mucho, haciendo que el libro también sea laboratorio de ideas y emociones, donde lo personal se funde con lo teórico.  

El libro es tremendamente ameno, interesante de principio a fin. Es una invitación realmente atractiva a repensar y teorizar sobre nuestra relación con la imagen, algo imprescindible en el mundo actual.

Rafael Ruiz Pleguezuelos