y aznar llegó a presidente. retrato en tres dimensiones.
Título: y aznar llegó a presidente. retrato en tres dimensiones.
Título Original: (y aznar llegó a presidente, 2010)
Autor: Miguel Ángel Rodríguez
Editorial:
La Esfera de los Libros
Copyright: 1ª Edición, Febrero 2010
ISBN: 9788497349383
Etiquetas:
gurús
jefes de estado
líderes
militares
política
Argumento:
El que fuera entre otros importantes cargos, Secretario de Estado de Comunicación y Portavoz del Gobierno en la época de José María Aznar, - amén de íntimo amigo - realiza lo que él define en el mismo título como un retrato en tres dimensiones, de un español en un contexto político y con pasión.
No es tal como advierte el autor una biografía o una autobiografía, ni un cuento, sino más bien como un conjunto de recuerdos pero con lo que percibió y sintió, mezcla de sentimientos y sensaciones vividas. El autor advierte que realiza el libro sin consultar notas, ni artículos, ni periódicos, valiéndose simplemente de su memoria, por lo que en cierta medida son las sensaciones que recuerda que tuvo en esos momentos, una especie de "pensaciones".
Opinión:
Aunque en su dedicatoria previa el Autor dice que le debía este libro a sus hijos para que sepan qué hacía cuando de pequeñajos le decían "papá, al teléfono" y a su mujer por aguantar el tirón, en realidad el objeto del mismo es rendir un homenaje a la figura del ex Presidente del Gobierno; y así lo expresará en unas líneas posteriormente cuando dice que cree imprescindible en nuestro país hacer justicia a quienes han sido los más valientes y no solo ajusticiarles. Hay en su visión un resquemor por lo vivido por José María Aznar como consecuencia de la Guerra de Irak, es decir por el linchamiento público sufrido.
Lo primero que sorprende es precisamente el título del libro, pues en el mismo, “Y Aznar llegó a Presidente”, va implícita la perplejidad que le causa el hecho de que una persona con sus características llegara a Gobernar este país: una persona parca en palabras, sin gracia contando chistes y como bien dice un español tan atípico que resulta sorprendente que se ganara la confianza del pueblo español.
El recorrido realizado por el autor abarca toda la trayectoria profesional del ex Presidente desde sus inicios en Logroño y Castilla y León hasta su victoria en las elecciones de 1996.
Conoceremos anécdotas de José María Aznar, como aquella del deje que le quedó de su paso por la Rioja, cuando cada domingo preguntaba, ¿Cómo ha quedado el Logroñés?; su pasión por Julio Iglesias cuando recorría en coche las carreteras en silencio oyendo al truhán/señor, o como cuando siendo candidato del Partido Popular a las elecciones generales es reconocido por un grupo de jóvenes cerveza en mano (ellos) en el barrio rojo de Holanda…
Evocará los recuerdos en Ávila donde Aznar llegó y no fue precisamente bien recibido por su condición de cunero (político que aterriza en circunscripción electoral sin haber tenido ninguna relación con ella).
Especialmente interesante es recordar la campaña electoral de Castilla y León, tan diferente a las actuales, cuando realizaban tres mítines diarios en sitios insospechados, a veces con veinte personas de avanzada edad como único publico, y teniendo que volver a Valladolid a dormir por falta de presupuesto. En esos viajes en coche, les acompañaba el periodista autor del libro.
Detalles tan interesantes como sus comienzos en Castilla y León marcados por la austeridad, o la lucha abierta y el odio mutuo existente entre José María Aznar y Hernández Mancha; la dolorosa y esperable aunque no esperada derrota electoral del año 1993, los debates de televisión y sus negociaciones (la altura de las sillas, la forma de las mesas, la temperatura del plató..); por supuesto recuerdos para el atentado sufrido por Aznar con la anécdota del encuentro en un aeropuerto, días después, con Emilio Botín y el abrazo que éste le da con lágrimas en los ojos, diciendo: gracias a Dios, gracias a Dios.. etc.
A pesar de lo anterior, no todo es positivo en relación al ex Presidente del Gobierno, pues también hay lugar para la crítica como esa característica de hacer suyas las propuestas que otros le presentaban, convirtiéndolas en propias, obviando la previa existencia del amanuense (las propuestas eran siempre por escrito).
También el final amargo cuando Miguel Ángel Rodríguez es invitado a cenar, en la época que el todavía Presidente no consentía que nadie hablara a menos de dos metros de él, y tras charlar un rato se marcha diciéndose a sí mismo “no conozco al que me ha invitado a cenar”.
Como no podía ser de otra manera, al recordar las virtudes del Gobierno de Aznar, no puede evitar la tentación de arremeter contra José Luis Rodríguez Zapatero y su Gobierno, en reiteradas ocasiones.
Se trata de un libro fácil de leer pues está escrito de forma muy directa, con anécdotas muy interesantes – con independencia de las ideas políticas de cada uno – pues es relativo a una época trascendental del desarrollo de España.
Para conocer como avanza un país es muy interesante echar la vista atrás y ver cómo eran antes las cosas y cómo son ahora, qué se hizo y qué no, y así evitar los errores que por culpa precisamente de no hacer eso, se repiten. Podemos así mismo conocer un poco mejor cómo funciona la política y cómo normalmente hay más zancadillas dentro del propio Partido que fuera de él.
El libro termina con 4 documentos ciertamente interesantes.
El primero, el discurso que hizo que Aznar llegara a convertirse en candidato del Partido Popular (entonces Alianza Popular) y en el que con una gran valentía y gran confianza en si mismo manifestó que era el momento de tomar las riendas y demostrar que se podía ganar al PSOE. Fue realizado el año 1988 en el Club Siglo XXI.
El segundo, del año 1990 en el famoso Congreso de Sevilla, su discurso de Presentación en el que manifiesta que quiere un Partido de Centro. Un discurso ciertamente adelantado a su tiempo.
El Tercero, del año 1994 en el Debate sobre el Estado de la Nación cuando la corrupción salpicaba todos los rincones del PSOE entonces en el Gobierno, se lanza con inusitada violencia contra Felipe González y extrae para la posteridad la que sería la frase más conocida del ex Presidente ¡Váyase, Señor González!
Por último el cuarto, pronunciado el año 1996, es seguramente con el que más disfrutó José María Aznar pues se trata del Discurso de Investidura.
Raúl Borondo García
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Comentario de los lectores:
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