Violeta

Opinión:

Isabel Allende se muestra en buena forma a sus ochenta años, entregándonos una historia con ribetes épicos, en la que cubre la vida de una protagonista que es memoria de todo un siglo. Ha enmarcado como inicio de la novela la epidemia de la mal llamada gripe española, y nos lleva hasta la epidemia actual en un juego de ejes temporales significativo.

"Violeta" es sobre todo una historia familiar, contada en un estilo clásico, tradicional. La experiencia de la autora la dota de una sabiduría que le permite saber cómo emocionar al lector y llevarle por los vericuetos que ella desea. Las primeras cien páginas son más reposadas, más literarias y estilizadas, y a partir de ahí la historia se vuelve vertiginosa, el ritmo se acelera y los acontecimientos llegan a ser un torrente incontenible, con sucesos continuos.

La muerte de la madre de la autora, acaecida antes de la llegada de la presente epidemia, parece haber sido el hecho significativo que embarque a la escritora en esta novela que no es biografía de la madre pero se encuentra inspirada por su figura. Una novela del "lo que pudo ser", más que lo que fue.

Violeta es una mujer que se crece ante las adversidades, que conoce la ruina económica, el amor y el desamor en varias dimensiones y realidades, que sufre por unos hijos que pasan por calamidades y que intenta encontrar la paz y felicidad personal en un entorno muy complicado. Los escenarios son el Chile de su infancia, pero también Argentina, Estados Unidos (Miami, Las Vegas) y Noruega, destinos a los que le llevará el amor por Julián, un piloto caradura y vividor que aumentará su desgracia. La narración es un recorrido prolijo por una realidad muchas veces devastadora, especialmente las páginas dedicadas a la hija de la narradora, que caerá en el abismo y será protagonista de algunas de las páginas más tristes e impactantes de la novela.

Isabel Allende encuentra en el personaje de una institutriz y su pareja momentos para defender el camino al feminismo y a la apertura homosexual. Hay mucho de historia en la obra, de manera que funciona bien para recorrer hitos históricos y sociales de América latina: socialismo y comunismo o las dictaduras militares. El personaje de Camilo (a quien la narradora dirige toda la acción) está inspirado en Felipe Berríos del Solar, sacerdote jesuita que fue un auténtico revolucionario que trabajó en la lucha contra la desigualdad social. La obra está por cierto dedicada a él, mencionándolo como "un amigo muy querido"

Una recomendación para quienes gustan de las sagas familiares en el testimonio de una narradora que es una mujer fuerte, cuya historia es muestra de la épica del día a día y de cómo las pasiones son el auténtico motor de nuestra vida.

Rafael Ruiz Pleguezuelos