Viena. La ciudad de las ideas que creó el mundo moderno

Opinión:

Cuando uno piensa en la historia cultural de una ciudad como Viena, no puede evitar acordarse de ensayos tan memorables como "Viena fin-de-siècle: política y cultura" de Carl Schorske o, acaso más desconocido, "Viena, fin del Imperio" de José María Valverde, que en tanta estima tuvo al legado intelectual vienés. A este selecto grupo de estudios se une ahora "Viena. La ciudad de las ideas que creó el mundo moderno", del historiador y periodista Richard Cockett, conocido por sus exhaustivos ensayos historiográficos sobre lugares nada próximos, como Sudán ("Sudan: Darfur, Islamism and the World") y Birmania ("Blood, Dreams and Gold: The Changing Face of Burma"). A la espera de que estos títulos lleguen alguna vez al mercado hispánico, la editorial Pasado & Presente ha hecho una valiosa contribución al traducir por primera vez al español esta obra de Cockett, con la que el autor pretende dar a conocer el papel protagónico de Viena en la construcción de la cultura occidental contemporánea.

El libro de Richard Cockett está estructurado en tres partes bien definidas que desentrañan la profunda influencia de Viena en el siglo XX. En la primera parte, bajo el título de "Una educación vienesa: lo racional y lo antirracional", se describe la transformación de la ciudad en un auténtico proyecto social e intelectual durante su época dorada, desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Para ello, el autor destaca se centra en una serie de figuras emblemáticas que ejercieron una indudable huella en el patrimonio cultural de Occidente, como Sigmund Freud, cuya teoría del psicoanálisis revolucionó la comprensión de la mente humana, y Gustav Klimt, cuyas obras capturaron la esencia del modernismo vienés. Al mismo tiempo que analiza las trayectorias biográficas de vieneses singulares, como Alfred Adler o Arthur Schnitzler, Cockett reconstruye con esmero la revolución educativa e intelectual que experimentó la ciudad, tanto a nivel escolar como universitario. Al mismo tiempo, esta primera parte describe la burguesía intelectual vienesa y la construcción de lo que Janek Wasserman ha llamado la "Viena Negra", un proyecto político de ideología populista y pangermanista que serviría como campo de cultivo para el futuro fascismo (son relevantes, en este contexto, las aportaciones intelectuales de economistas y políticos como Eugen von Philippovich, Georg von Schönerer y Karl Lueger).

La segunda parte del libro se centra en el impacto de la "Viena Roja", es decir, la etapa en la que el Partido Obrero Socialdemócrata de la Austria Alemana (SDAP) encabezó una reforma austromarxista que favoreció enormemente a todos los ámbitos de la sociedad, tales como la sanidad, la educación y la política social. Este esfuerzo incluyó la construcción de viviendas sociales, como el emblemático Karl-Marx-Hof, y la implementación de políticas de bienestar social que fueron pioneras en su tiempo. Sin embargo, Cockett atiende también a la llegada del fascismo y a las políticas territoriales nazis, que pusieron fin a estos esfuerzos y sumieron a la ciudad en un periodo de oscuridad y represión. En la tercera parte del libro, dado el final truncado del esplendoroso proyecto vienés, se explora la influencia de los emigrados y exiliados de la ciudad en el extranjero, especialmente en Estados Unidos y Gran Bretaña. Para ello, Cockett analiza la trayectoria de ciertos intelectuales y científicos, como el economista Friedrich Hayek y el filósofo Karl Popper, que llevaron consigo las ideas desarrolladas en Viena y las adaptaron a sus nuevos contextos. Otros autores de gran importancia en estas páginas son Joseph Schumpeter, cuya teoría de la "destrucción creativa" se convirtió en un concepto clave en la economía moderna, y Edward Bernays, pionero en el campo de las relaciones públicas.

Dicho esto, lo cierto es la importancia de "Viena. La ciudad de las ideas que creó  el mundo moderno" radica en su capacidad para entrelazar la historia de las ideas con los estudios culturales, ofreciendo una visión panorámica de cómo una ciudad relativamente pequeña pudo ejercer una influencia tan desmesurada en el mundo moderno. Además, Richard Cockett no se limita a analizar los logros intelectuales del proyecto vienés, sino que también contempla sus contradicciones y fracasos, de tal manera que proporciona un retrato completo y matizado de una ciudad que, a pesar de sus desafíos, dejó una marca indeleble en la historia mundial. Así pues, no cabe más que recomendar este excepcional ensayo para que otros lectores descubran y aprecien la profunda huella que Viena ha dejado en la cultura y en la política contemporáneas.

Darío Luque