urnas de jade i. leyendas
Título: urnas de jade i. leyendas
Título Original: (urnas de jade i: leyendas)
Autor: David Prieto
Editorial:
Grupo AJEC
Copyright:
Prólogo de Francisco Javier Illán Vivas
Granada, octubre de 2007, 1ª edición.
Etiquetas:
Argumento:
El caos se cierne sobre
Drashur tras casi treinta años de paz. Los demianos, aislados de
occidente desde la desaparición de su líder Demosian, el Tocado de
Zariez, han vuelto a las armas. Una extraña enfermedad se cobra
víctimas en aldeas separadas centenares de millas. Hechizos
invocados hace siglos se rompen liberando antiguas bestias.
¿Qué relación tienen todos estos sucesos con Delinard y con los
misteriosos hombres que se hospedan en la posada de sus tíos?
¿Cuánto de lo que sabe la gente es verdad? ¿Cuánto es falso? ¿Qué
son las Urnas de Jade? ¿Qué contienen?
Tahit el Anciano, el más poderoso entre los hechiceros de Drashur,
quiere a toda costa evitar el amargo destino que amenaza al
continente, pero solo tiene una respuesta: después de dos siglos de
vida sabe que va a morir.
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Urnas de Jade I: Leyendas
EL
AUTOR
David Prieto Ruíz, Salamanca, 1977, aunque pasó buena
parte de su infancia y adolescencia en Zamora. Licenciado en
Medicina, especialista en análisis clínicos. Ha publicado relatos
en diferentes revistas y antologías y obtuvo una mención honrosa en
el II Concurso Coyllur.
Urnas de
Jade es su primera novela, a la que le
acompañarán, como mínimo, dos partes más.
Leer entrevista a David
Prieto. Marzo 2008
Opinión:
No importa dónde se ha nacido, quizá tampoco los lugares en los
que se ha estado; nuestra realidad es la lengua que utilizamos para
contar, para contarnos aquello por lo que hemos pasado; aquello en
lo que hemos soñado.
Así comenzaba el profesor José Luis Martínez Valero el comentario
a un libro que me es muy caro, y así debe ser en el caso del autor
y del libro que nos ocupa. Porque esta novela cumple con los
requisitos de la tradición de nuestra cultura, desde el viaje de
Odiseo: detrás de todo hay un secreto. Un secreto, comentaba Juan
Ángel Juristo, que no deja de ser en último término algo que
enriquece a aquel que lo lleva a cabo; y da lo mismo que sea el por
qué de ese caos que se cierne sobre Drashur, cuando hace ya casi
treinta años que se vive en paz; o por qué los demianos han vuelto
a las armas o de qué nefanda cepa
ha brotado esa enfermedad
que se cobra sus
víctimas en aldeas
separadas centenares de millas.
Y, en efecto, también la juventud de David Prieto es, para nosotros,
un secreto, esa etapa vivida en Zamora (ciudad que a los amantes de
Robert E. Howard nos trae
infinitas aventuras) antes de regresar a la Ciudad Amarilla con
dieciocho años, dispuesto a encarar el gran reto de su vida:
licenciarse en Medicina. Me confesaba, en una breve epístola, que
en aquella época de su vida, en la que se es atento, entusiasta,
participativo y aventurero, no le ocurrió nada digno de mención, y
discrepo de ello. ¡Claro que le ocurrió! ¿Acaso lo imagináis como
un ciego mareando el aire a bastonazos? Seguro que no. Sin saberlo,
David se estaba preparando, pues su narrativa no brota de la nada.
Goethe, el gran poeta alemán,
comentaba así esos periodos improductivos: no podemos hacer otra
cosa que apilar leña y dejar que se seque: se incendiará a su
debido tiempo.
Así es, estuvo apilando leña: viviendo, leyendo, mirando con ojos
atentos, entusiastas, participativos, aventureros.
No hay otra forma mejor de explicar el nacimiento de
Urnas de
Jade. El autor nos confesará que empezó en
la escritura relativamente tarde, hace unos ocho años, y casi por
casualidad: y lo hizo con
Urnas de
Jade, cuyas tres partes (dos de ellas
inéditas) he tenido el placer de leer y comentar con él, en largas
epístolas.
Por eso puede que se me haga tan difícil comentar la primera
entrega, pero es en ella donde se nos presentará el mundo por el
que viajaremos, donde intentaremos descubrir la relación de los
aciagos acontecimientos con Delinard, con el descubrimiento por
parte de Taith de su propia muerte, a pesar de ser el más poderoso
de los hechiceros que viven sobre Drashur; donde, en definitiva,
conoceremos a Falstaff Vladsörd, a Sandureyt, a Delinard Santhor,
a... que el autor nos va presentando con maestría, a la vez que nos
presenta la trama.
Esta es una novela para dejarse seducir por la magia. Porque,
durante su lectura, la vida nos concederá una
tregua, incluso una
amnistía provisional, como decía
Fernando Marías. No nos
preocupará esa Verdad Incómoda de Al Gore, ni la televisión, ni el
impuesto sobre la renta, ni la polución, ni las crisis energéticas.
No, no nos preocupará el cambio climático, ni la desaparición de
los casquetes polares.
Nos adentraremos en un mundo que nunca existió, pero que
ciertamente debería haber existido, en palabras de Lin Carter. Un
universo fascinante, romántico,
aventurero, donde todos los hombres son atractivos y heroicos, y
todas las mujeres increíblemente hermosas. Un mundo de extraños
monstruos, de siniestros magos y donde los dioses existen
realmente.
Porque, ya lo decía Albert Camus: los que escriben
con claridad tienen lectores, los que escriben oscuramente tienen
comentaristas.
David Prieto Ruíz escribe con
claridad.
Francisco Javier Illán
Vivas
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Comentario de los lectores:
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