Un puerto de abrigo (Bahía de Chesapeake III)

Opinión:

Esta tercera entrega de la saga Bahía de Chesapeake se inicia con un prólogo en el que se nos explica la infancia del penúltimo de los hermanos Quinn: Phillip, ahora un prestigioso publicista. Es el modo en que tiene Nora Roberts de presentarnos a su personaje en profundidad, pues ya lo conocíamos de los libros anteriores.
 
La autora vuelve a sorprendernos con una historia sensible, emotiva y cautivadora, y es que la familia Quinn es inolvidable. Sus personajes son tan cercanos, tan creíbles, que trascienden el papel, abandonando su parte ficticia y convirtiéndose en seres de carne y hueso.
 
Esta novela vuelve a tratar el tema de los malos tratos, de las malas madres y los padres ausentes, y es que todos los miembros de la familia provienen de hogares destrozados y de infancias complicadas. Y todos, gracias a un matrimonio que creyó en ellos, se han convertido en hombres honrados y valientes, en un grupo cuyos lazos son más fuertes que la sangre.
 
En esta tercera entrega la situación del menor de los hermanos, un niño de diez años llamado Seth, se soluciona. La evolución del personaje a lo largo de los tres libros es maravillosa. De ser un niño asustado y desconfiado, con temor al abandono, se convierte en un miembro más de la familia, de la que ya se siente parte. No ha perdido el miedo, pero comienza a comprender que no van a dejar que le pase nada, que sus hermanos mayores están dispuestos a cualquier cosa para quedarse con él. Y eso le infunde una confianza y una alegría que Nora Roberts ha sabido reflejar muy bien.
 
Todos los personajes están muy bien trabajados, y los diálogos son frescos e ingeniosos, una marca de fábrica que la autora utiliza con gran maestría. La historia es exquisita, una preciosidad en la forma y el desarrollo, con una trama atractiva y bien equilibrada que atrapará a quienes se acerquen a sus páginas.
 
Cuando uno se adentra en esta saga disfruta tanto que es inevitable que, al finalizar cada libro, quede un poso de tristeza. Una nostalgia difícil de explicar por esos personajes que dejas atrás y que han compartido unas horas intensas contigo. No les quepa duda de que una servidora los releerá en más de una ocasión. Pocos autores son capaces de lograr algo así. Nora Roberts es uno de ellos. 
 
Pilar Alonso Márquez