Un jardín entre viñedos

Opinión:

"Un jardín entre viñedos" se mueve de acuerdo a cada lugar donde se desarrolla la acción. Así, en el París frívolo de los años veinte es casi una fiesta continua, a la que Rodolfo Montero se deja arrastrar por su nuevo amigo Marcel sin oponer casi ninguna resistencia. Por el contrario, la vida rural en las tierras aragonesas de Cariñena sigue una cadencia muy distinta, con una más que escasa vida social y marcada además por los trabajos agrícolas y las dificultades que atraviesan las propiedades.

Con tal contraste es normal que la soledad del paraje induzca pensamientos negativos en Solange, que no encuentra sentido a una vida que transita en lo cotidiano al ritmo que marcan las estaciones y la vida aislada en el campo. Por si fuera poco, también son palpables las diferencias entre la cosmopolita sociedad parisina y el cerrado ambiente rural de la España de principios del siglo XX, en el que se siente totalmente fuera de lugar.

Si en París, el tercero en discordia fue Marcel; en Cariñena ese papel le corresponde a Dionisio, el hermano mayor de Rodolfo y cuya importancia en la trama crece a medida que pasa el tiempo.

Aunque el tema de fondo sean los vinos y su producción, el desarrollo de la trama se centra en las relaciones personales que se establecen entre los personajes. Sean amores o rivalidades, lo cierto es que marcarán sus vidas y les empujarán hacia decisiones que no siempre se demostrarán acertadas.

Tal como me ha parecido, "Un jardín entre viñedos" es una muy buena novela, que entrecruza los dramas de unos personajes, que se van haciendo más cercanos al lector según avanzan las páginas, y que acaba dejando un poso de emociones y de recuerdos al finalizar una lectura tan interesante como apasionada. Y si se acompaña con la degustación de una copa de buen vino (no es necesario que sea de Cariñena), el maridaje con la literatura dejará unas excelentes sensaciones.

Selin