Un corazón demasiado grande

Opinión:

Esta obra, publicada en castellano por Literatura Random House, recoge tanto el último libro de relatos de Eider Rodríguez, (Bihotz Handiegia) "Un corazón demasiado grande", inédito hasta ahora en lengua castellana y ganador del Premio Euskadi de Literatura y Premio Euskadi de los libreros de Guipúzcoa, como una selección de otros de sus cuentos, publicados en obras anteriores. A pesar de la evolución temporal y en la escritura de la autora, y de la división en dos bloques, no hay ruptura en el contenido ni fisuras en la narratividad de unas obras que tratan de darnos una visión de conjunto de la clase media, con sus contradicciones, su malestar, sus delitos cotidianos y sus grandes débitos.

Así, Rodríguez nos propone ir viajando, relato a relato, a través de una cotidianidad en la que, no obstante, siempre pasa algo nuevo que la rompe o la modifica. Desde una gata que se queda preñada del gato del vecino, hasta un niño saharaui que viene a pasar las vacaciones a casa de una familia; desde un viaje a Buenos Aires hasta la fotografía de un etarra en un noticiario… todo da buena muestra de la fragilidad de nuestros días, de lo que damos por hecho, de cómo lo cotidiano puede dejar de serlo en cualquier momento y convertirse en algo extraordinario. Para bien o para mal.

Como dice la autora en una tarjeta-carta que venía incluida en mi ejemplar, todos los relatos recogidos en este volumen dialogan entre sí y, en su conjunto, transmiten una idea tan pesimista como esperanzadora: qué difícil se ha vuelto hablar y escuchar, comunicarse, transmitir emociones y sentimientos en nuestro mundo actual. Pero, leyendo estos cuentos, una quisiera pensar que no todo está perdido, que aún hay hueco para la humanidad, el cariño, las conversaciones, la empatía y el ayudarnos los unos a los otros.

Aunque la duración de los relatos incluidos es desigual (hay algunos que se prolongan durante páginas mientras que otros duran apenas unos párrafos), Rodríguez mantiene un esquema parecido en todos ellos a través de una estructura en la que se rompe el status quo establecido para revolucionar la cotidianidad de los personajes reflejados y, de alguna manera, volver a lo de siempre (pero con las modificaciones incluidas en ese estado de cosa). En el fondo, hay una reflexión sobre que nada vuelve a ser como era, por mucho que nos empeñemos, por mucho que queramos creerlo. Todo evoluciona, aunque sea de manera fácil, cotidiana, plana.

Además de las reflexiones que plantea, una de las cuestiones que más me ha gustado de estos cuentos es ese punto de sorpresa que podemos encontrar en todos ellos, ese giro inesperado que te da la vuelta a tu visión del relato como un calcetín. De ahí surgen las preguntas, la emoción y, quizá, la aplicación a la vida y la forma de pensar del lector.

En definitiva, una colección de cuentos riquísima, escritos que una pluma serena y renovadora, buen pulso narrativo y que nos propone reflexionar sobre nosotros mismos a través de las pequeñas (o grandes) vivencias de sus personajes.

Lidia Casado