Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce

Opinión:

Si Paul B. Preciado ya dejó altas las expectativas con su "Testo yonqui. Sexo, drogas y biopolítica" o su "Manifiesto contrasexual", libros con los que dinamitaba todas las ideas preconcebidas que en Occidente nos hemos formado en torno al sexo, en "Un apartamento en Urano" aún llega más lejos. En este caso nos ofrece los artículos que escribió y publicó en el periódico 'Liberátion' entre 2011 y 2018, un conjunto de textos en los que se reflexiona sobre la sexualidad desde una perspectiva radical que busca romper con toda norma (teniendo siempre presente que la norma es blanca, heterosexual y cisgénero). El subtítulo de la obra, "Crónicas del cruce", ya facilita muchas pistas al lector de lo que va a encontrar en estas páginas: las reflexiones y experiencias derivadas del proceso de cambio de sexo.

Ya desde la introducción Preciado nos adentra en un mundo insólito para la mayoría, un mundo en el que es necesario cuestionarlo todo y concebir lo más cercano y cotidiano (como el cuerpo) desde una óptica filosófica cercana al marxismo y al posestructuralismo. No en vano, son frecuentes en estas páginas las citas a Deleuze y Guattari, a Derrida o a Foucault, si bien incluye también toda la filosofía y los planteamientos defendidos por la teoría feminista desde Simone de Beauvoir hasta Judith Butler, pasando por pensadoras tan rillantes como Donna Haraway o Hélène Cixous. Partiendo de todo ese océano de teoría filosófica, Preciado nos habla de un 'antiguo régimen sexual' que criminaliza toda práctica de cruce (entendiendo como cruce la transexualidad, la intersexualidad o el gender fluid).

No me parece casual que el primero de los textos que forman la recopilación trate sobre la revolución del activismo de izquierdas (a raíz del 15-M y de los movimientos Occupy), pues todo cruce nace de una revolución, ya sea individual o colectiva. A continuación se suceden textos de índole más sociopolítica, como una reseña del libro "Calibán y la bruja" de Silvia Federici (sobre el neoliberalismo) o una reflexión sobre los delitos sexuales imputados a Julian Assange. Para mí, uno de los textos que todo el mundo debería leer es el capítulo titulado "Revoluciones veladas: el turbante de Simone de Beauvoir y el feminismo árabe", en el que se reflexiona sobre el valor del velo/turbante o de la prenda como cobertura dentro del movimiento feminista.

Pero aún tarda unos capítulos en presentar el verdadero tema e hilo conductor del libro: la identidad queer. Tras una respuesta tajante contra la homofobia de Frigide Barjot, Paul B. Preciado empieza a aportar reflexiones realmente necesarias y útiles para una sociedad progresista: sobre las posibilidades de reproducción para las parejas no heterosexuales (y el factor político-estatal que incide en ellas), sobre el trabajo sexual, sobre la concepción del útero como espacio público (y su necesaria descolonización), sobre la genealogía y la propia consideración del feminismo, etc.

Es ya pasada la mitad del libro cuando Paul B. Preciado nos hace partícipes de distintas esferas personales que otorgan un tinte autobiográfico a estos escritos. En primer lugar, nos habla del proceso de cambio de sexo y de las sorpresas e inconvenientes con los que se encuentra (el timbre de la voz, los problemas en el control de pasaportes de los aeropuertos, el cambio de nombre). Pero después también -aunque con menor protagonismo- se refiere el escritor a su destitución como director de Programas Públicos y del Programa de Estudios Independientes en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) por haber mostrado la escultura "Not dressed for conquering" de Ines Doujak.

"Un apartamento en Urano" es uno de los mejores libros de ensayos que se han publicado en el último año. Sexo y política se entrecruzan (lo personal es político, dicen) en sus páginas para cuestionar temas que quizás muchos lectores no se habrían planteado jamás. Una lectura necesaria para crear conciencias y mejorar el mundo. Ojalá más gente lea a Paul B. Preciado y tome partido en la lucha feminista y queer.

Darío Luque