Anika entre libros

trece rosas rojas

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: trece rosas rojas
Título Original: (trece rosas rojas)
Autor: Carlos Fonseca
Editorial: Temas de Hoy


Copyright: Fecha de publicación: abril de 2004
Primera edición en esta presentación: septiembre de 2007 ISBN: No definido
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Argumento:

En 1936, en el mes de marzo, se fundó el JSU (Juventud Socialista Unificada) que combinaba la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) y la Federación de Juventudes Socialistas (FJS) en una única formación. Durante la guerra civil y los primeros años de la dictadura franquista, sus militantes trabajaron clandestinamente en la creación de grupos de barrio comunistas formados y coordinados por gente joven, fomentaron la infiltración de militantes comunistas en la Organización Juvenil de Falange y crearon pequeños grupos para ayudar (o visitar) a compañeros detenidos, encarcelados, mutilados o perseguidos. De igual modo, era una formación armada que intentaba luchar, algo tímidamente, por la caída de la dictadura.

Durante el régimen de Franco, tres miembros del JSU participan en el atentando contra el comandante de la guardia civil Isaac Gabaldón, en el que mueren tiroteados también su hija y el agente que conducía el coche (José Luís Díez).  Como represalia, quince muchachas menores de edad y otros cuarenta y tres hombres, relacionados en mayor medida con el PCE y el JSU son acusados por el fiscal Pérez Griffo de rebelión militar, es decir: de formar parte de una red de apoyo a presos y la planificación de un golpe de mano que tendría lugar durante el desfile de la Victoria. El fiscal pide la pena de muerte para todos los presuntamente implicados en esta conspiración contra el Nuevo Orden Estatal. El Juez falla a favor de la sentencia, aunque la mayor parte de los acusados y acusadas no son más que militantes o simpatizantes comunistas y no tengan nada que ver ni con la muerte de Gabaldón ni la menor noticia del golpe de mano del que se les acusaba de apoyar. Se les condena a muerte sólo por ser o haber tenido algo que ver con el JSU y como “venganza” por el asesinato del comandante de la guardia civil, como una suerte de castigo ejemplar.

De las quince condenadas, acusadas por un delito de “adhesión a la rebelión”, sólo trece (Las Trece Rosas) son fusiladas en el verano del 39: Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente. Julia Vellisca es condenada por el tribunal a una pena de doce años y un día de reclusión por el delito de auxilio a la rebelión militar (no de adhesión). Lo mismo le sucede a Antonia Torres Llera, la rosa número catorce, que en la orden de ejecución aparece debido a un error tipográfico con el nombre de ANTONIO Torres YERRA, y que ese motivo consigue librarse del fusilamiento (aunque finalmente es ajusticiada en febrero de 1940).

En el año 2004 el periodista Carlos Fonseca publica en Temas de Hoy “Trece rosas rojas”, un exhaustivo trabajo de investigación en el que empleó dos años. Aunque anteriormente existen algunos acercamientos al tema, en realidad éste es el único libro que trata la tragedia de las Trece Rojas con profundidad.

Anteriormente, en 1985 se publicó una investigación histórica en la revista “Historia 16” sobre el asunto a cargo del periodista Jacobo García, pero el autor no pudo acceder a documentos sobre la causa que se instruyó contra ellas, ni a los expedientes penitenciarios ni a las cartas personales, etc. De igual modo, Jesús Ferrero escribió una versión novelizada de la tragedia en Las trece rosas (Siruela, 2003), aunque en opinión de Fonseca: “una novela que no tiene nada que ver con los hechos tal y como ocurrieron.”

Para realizar su trabajo, el autor echó mano de archivos y documentos familiares (cartas personales; algunas de ellas aparecen además completas en uno de los anexos finales), militares o jurídicos (el libro incluye otro anexo en el que se incluye una copia de la sentencia en la que se condena a la pena máxima a las treces muchachas), noticias de periódicos (principalmente del ABC) etc; pero también del testimonio de personas, que fueron entrevistadas personalmente por el autor, y que, en mayor o menor medida, fueron testigos o vivieron de cerca el drama de estas mujeres.

Por otro lado, la productora Delta Films realizó en el 2005 un largometraje documental sobre el tema: Que mi nombre no se borre de la historia. La película se rodó a raíz de la publicación del libro y, de hecho, el propio Fonseca facilitó algunos contactos a sus autores.

Este año (2007), se ha estrenado en nuestros cines un film basado en el libro de Fonseca dirigido por Emilio Martínez Lázaro y protagonizado entre otras por Pilar López de Ayala, Verónica Sánchez, Marta Etura y Nadia de Santiago. Además, es una de las tres películas que la Academia de cine ha propuesto para las Oscars de Hollywood del 2007. Esto ha servido como excusa para que Temas de Hoy haya decidido volver a publicar una nueva edición de “Trece Rosa Rojas” con una portada distinta a la original, sustituida por el cartel de la película (y con el subtítulo “el libro en el que se basó la película).

El suceso ha calado tanto en nuestro país que incluso existe una Fundación “Trece Rosas” con un objetivo muy claro: Al poner el nombre de nuestra Fundación "TRECE ROSAS" hemos querido recordar a esas trece jóvenes que fueron fusiladas, como tantos otros/as, después de la guerra civil por el mero hecho de tener unas ideas diferentes. Esperemos que sucesos como éste no vuelvan a repetirse jamás (http://www.trecerosas.es/).

Leer entrevista a Carlos Fonseca

Opinión:

Me ha parecido un libro muy interesante. No se trata de una novela, aunque existan algunos fragmentos “novelizados”, si no que se trata de una investigación histórica, repleta de citas, testimonios personales o escritos, documentación exhaustiva… una especie de documental en forma de libro. En ese sentido, “Trece rosas rojas” debería ser más informativa que emotiva. Sin embargo, y en esto reside la principal cualidad del libro, hay momentos en los que se me ha hecho un nudo en la garganta y la “tesis” de Fonseca consiguió trasmitirme sensaciones diversas: desde la indignación a la condolencia.

Y eso que Fonseca no “carga las tintas” en absoluto, ni tampoco da a su ensayo un tratamiento parcial, si no que muy al contrario resulta de una objetividad que agradezco como lector. No se inventa nada: todo lo que cuenta está perfectamente demostrado (cita la referencia, reproduce documentos, aporta bibliografía…), algo poco frecuente en los tiempos que corren en los que cualquiera puede escribir una novela histórica sin mencionar de donde ha sacado los datos o la información, consiguiendo además casi siempre un “producto” en el que difícilmente se puede distinguir lo real de lo inventado. Por eso, el periodista demuestra una cosa, que si alguien quiere contar una hecho histórico la mejor fórmula no es la novela sino el ensayo. Es en este género donde uno puede realmente conocer, aprender o informarse. Una novela histórica también pero en menor medida (desde mi punto de vista) ya que muchas veces se sacrifica el rigor por el entretenimiento fácil y desde luego no he visto ninguna que aporte al final una bibliografía, documentos reales etc. Pero claro, cuántos ensayos se venden al año en nuestro país y cuántas novelas....

Se me hace difícil pensar que alguien haya podido hacer una película de este libro, la verdad, porque carece de eje dramático o de personajes “literarios” y porque la estructura narrativa de los capítulos se asemeja a la de pequeños artículos periodísticos (muchas citas, información, datos y escaso lirismo), que, a veces, pueden llegar a apabullar un poco (a mí me pasó). Lógicamente, todo esto no lo considero un fallo. Me limito a describir las características lógicas y normales de un libro de estas características. Si Fonseca hubiera querido hacer una novela lo habría hecho de otro modo, le habría dado un enfoque muy distinto.

En mi opinión, “Trece rosas rojas” gana enteros cuando se centra en describir las pequeñas historias personales de las jóvenes protagonistas y me aburre un poco más cuando se centra en otros aspectos (el funcionamiento del PCE, la descripción del ambiente político, etc.) En ese sentido, me impresionó mucho cuando se narra la vida en prisión de estas mujeres, se alude brevemente a algunos métodos de tortura empleados por la policía para hacer confesar a los detenidos o se cuenta los últimos momentos de las condenadas.

El anexo final en donde se reproducen las últimas cartas de algunas de las Trece Rosas Rojas resulta también tremendamente emotivo.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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