Todo lo que sucedió con Miranda Huff

Opinión:

Para cuando leo a Javier Castillo él ya es famoso por su primera novela, "El día que se perdió la cordura". Le siguió "El día que se perdió el amor" y ésta, "Todo lo que pasó con Miranda Huff" es su tercera novela. No puedo decir si ha mejorado, si se ha estancado o si su primera novela aún supera a la tercera porque no tengo datos, pero sí puedo decir que ésta es una historia entretenida llena de misterio con la que se disfruta. Además es una lectura ligera e intrigante, con lo cual es recomendable.

Hay dos líneas en el tiempo en las que coinciden casi todos los personajes con dos nexos en común: James y Jeff, los estudiantes de 1975, y los hijos de Paula Hicks -la profesora- que en aquel entonces eran niños y ahora son adultos. A todos ellos les une, también, una película oculta, la prueba que acabaría con la carrera de James Black.

En la actualidad James -ya viejo- es amigo íntimo de Ryan (que fue su estudiante y ahora se gana la vida como guionista). Se parecen más de lo que quieren admitir, pero lo positivo no necesariamente es bueno siempre, puede acabar en obsesión, y James ya cayó en esa trampa hace muchos años. Ahora el matrimonio de Ryan con Miranda está pasando un mal momento y cuando ésta desaparece y se encuentra sangre en una bañera, la policía le ve a él como principal sospechoso. Pero Ryan no entiende nada, insiste en su inocencia. Mientras tanto Miranda seguirá desaparecida y algo emergerá del pasado que pondrá la situación aún peor.

No es un thriller ni tiene acción, pero hay crímenes, venganza, investigación policial -aunque esto sea secundario, aquí las tramas y los personajes implicados son lo importante-, y nos queda la reflexión en sus últimas páginas. También hay algo de justicia poética, pero tiene uno de esos finales que nos recuerdan que no cambiamos, que valoramos en la misma medida en que despreciamos a una persona, cuando tiene éxito y cuando ya no está, y eso nos convierte a nosotros en espejos de los personajes -o viceversa-. Ahí tenéis otra reflexión mundana. Se nota que Javier Castillo se fija en la psicología humana, y no necesariamente en la de mentes perturbadas… puede con un personaje obsesivo igual que con una persona normal que en un momento dado se tuerce. Unos porque ya les venía en el carácter, y otros, simplemente, porque toman decisiones equivocadas.

Todas estas intrigas, las del pasado y las del presente, son lo que hacen de la novela una historia seductora, una lectura amena y rápida. Hay que incidir en una cosa: a través de sus personajes se cuela la eterna reflexión de si el fin justifica los medios. Ocurre en el pasado y se repite en el presente de distinta forma. Veremos cómo la obsesión por el cine, por la película perfecta, trunca unas vidas y favorece otras. Pero también disfrutaremos de una venganza, sin embargo… el medio, aquí, no justifica el fin. ¿O sí? Eso es algo que el lector deberá responderse. Como mínimo te plantea la duda.

Anika Lillo

Foto homenaje: