Todo bajo el cielo
Título: Todo bajo el cielo
Título Original: (Todo bajo el cielo, 2006)
Autor: Matilde Asensi
Editorial:
Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Copyright:
© Matilde Asensi, 2006
© Planeta, S.A., 2006
Edición: 1ª Edición, Septiembre 2006ISBN: 9788408068099
Tapa: Dura
Etiquetas: acción aventuras otras culturas China humor colonizadores época colonial enigmas ficción histórica filosofía oriental histórica literatura española Shanghai
Nº de páginas: 457
Argumento:
Elvira es una pintora española afincada en París que recibe la noticia de la muerte de su marido en Shangai. Para realizar todos los trámites de su fallecimiento decide viajar a China, pero recibe la inesperada visita de su sobrina, Fernanda, una adolescente sometida a las normas de su familia propias de las de la España de los años 30. Con tan singular compañía (de pensamientos en principio tan opuestos a los de Elvira), viajará a Oriente, donde descubrirá que la muerte de su esposo no fue accidental, sino relacionada con un secreto muy poderoso, que puede esconder el emplazamiento de la tumba del primer emperador de China...
Opinión:
Anika Lillo
Elvira es una pintora española exiliada por opción propia a
Francia, país que le permitirá vivir a su manera y librarse de los
aprendizajes castizos de su patria, por ello, su carácter es más
bien abierto aunque, debido a su cómoda vida, resulta un poco
cursi. Justo cuando recibe el mensaje de que su marido -al que
hacía veinte años que no veía- ha fallecido en Shanghai, le
entregan en adopción obligatoria a su sobrina Fernanda, criada con
todas aquellas manías religiosas y de normas de conducta de las
buenas familias madrileñas de las que ella huyó.
Por narices tendrá que viajar hasta Shanghai con la niña a sus
espaldas, y cuando esté allí se encontrará con grandes sorpresas:
su marido ha sido asesinado, existen bandas peligrosas que la
buscan, y en su poder está lo que buscan: aquello que puede
descubrir nada más y nada menos el emplazamiento de la tumba del
Primer Emperador de China con todos los tesoros que se encerraron
con él.
Basándose en premisas anteriores donde predominan la aventura, la
acción, personajes característicos y las pistas clave para
conseguir sus propósitos, Matilde Asensi nos encierra en una
novela difícil de abandonar porque desde el principio hasta el
final, máxime si estás interesado en descubrir bien a sus
personajes así como visualizar el país oriental, es agradable no
perder detalle.
Para empezar tenemos a una antiheroína, cursilona, más práctica
que otra cosa, enfrentada a su sobrina, una sombra extraña y
regordeta que viste como las viejas y sólo parece entusiasmarse
cuando algo relacionado con la aventura llama a su puerta. Al final
ambas serán un par de personajes de lo más curioso y divertido. La
ironía y las frases sarcásticas de Elvira (madame de Poulain), y la
rebeldía de la castiza Fernanda (¡Me llamo Fernandina!) chocarán
durante la novela hasta el final, pero el ciclo que les lleva a
vivir juntas la aventura se convertirá, también, en un viaje
iniciático para ambas, donde terminarán no sólo soportándose
(lógico, el roce hace el cariño), sino queriéndose. Después de lo
que Matilde Asensi les hace vivir, ¡no es de extrañar!, aunque se
ve claro que el proceso se hace poco a poco, como es lógico en una
mujer independiente que no tiene hijos.
Aquí no hay amor entre hombre y mujer, ni enamoramiento (quizás,
en todo caso, de alguna lectora hacia el Maestro Rojo), y el libro
se sale así de lo llamado clásicamente "estructura del best-seller"
pues el libro, pese a quien le pese, será best-seller por vender
más y no por tener una estructura lineal donde el sexo, por poco
que sea, es imprescindible para cumplir la susodicha estructura.
Sinceramente os digo que Matilde Asensi se lo ha currado
mucho en "Todo bajo el Cielo".
Pero a pesar de sus evidentes premisas, éstas no son las únicas
alteraciones en "Todo bajo el Cielo": en este viaje perderemos a
gente por el camino y conoceremos a nuevos viajeros, y este detalle
nos hace adentrarnos en varios mundos: primero el de los
colonizadores, empresarios y diplomáticos, donde Elvira y Fernanda
se mostrarán tal como son, más tarde la filosofía oriental y el
mundo taoísta de pleno, algo de lo más interesante pero también, a
veces, de lo más complejo (y, por mi parte, admirable) donde hay
que agradecer algunas de las frases que Asensi recupera de su
bibliografía o documentación consultada, porque me han encantado
algunas (por ejemplo, la simbología referente a la tortuga) e
informado un poco más de otras (como el Feng Shui, que ya conocía
de pasada).
Personajes principales los tenemos, y aparte de las mencionadas
Elvira y Fernanda, desde la primera fase del viaje estaremos con el
treceañero Biao -más occidental que oriental pese a ser chino, y
que ejerce de criado-, Mr. Tichborne -gran amante del whisky-, y el
personaje, en principio, más particular: Lao Jiang, el anticuario
que le contará a Elvira por qué su vida tiene que cambiar (¿le deja
acaso opción?).
Si bien todos en algún momento nos sorprenderán (el caso de
Tichborne tratando de salvarles la vida a las mujeres), es
especialmente Biao quien será una auténtica sorpresa y con el que,
probablemente, terminemos alegrándonos todos por su
existencia.
Lao Jiang, el anticuario, dará motivos para hartarnos durante
demasiadas páginas de su misoginia y su xenofobia, pero lo cierto
es que con él y su relación con Elvira nos podemos reír mucho, o
como mínimo sonreirnos, algo que a mí me ha ocurrido muy a menudo.
La voluntad de Elvira de demostrar que las mujeres no son inútiles,
ni objetos, ni criadas, y la de Lao Jiang de que la cultura China
es superior y más antigua a cualquier otra son escenas de lo más
graciosas. Ahí, ambos sacan o esconden su carácter.
La estancia en Wudang será -al menos lo fue para mí- de lo más
relajante. Daba la impresión de estar allí, con tanta incomodidad,
y, en cambio, aprender de la sabiduría de los sacerdotes o de la
vieja Ming T'ien daba sensación de paz. Casi daba envidia leer esos
párrafos donde nuestros protagonistas estaban estresados y la gente
de Wudang vivía con absoluta felicidad y tranquilidad ajena al
mundo que les rodeaba. Además, de allí sale otro de los
protagonistas de esta historia, el Maestro Rojo, un personaje poco
hablador, sabio gracias a su dedicación al estudio, y gran persona
ante todo, por eso dije al principio que si de alguien había que
enamorarse, éste podría ser un buen candidato (claro que no sólo
por ser un personaje de ficción si no porque de existir apenas
rozaría a una mujer, cualquiera lo llevaba claro con él).
El hecho de que en esta aventura haya un "malo" más, aparte de
todos los malos que los persiguen, también me parece una novedad,
sin embargo creo que la autora le destapa demasiado pronto, o al
menos, como lectora, con pocos detalles fui reconociendo en este
personaje al que suele salir rana, y no me supuso una sorpresa lo
que descubrió Elvira.
Lo cierto es que el libro no sólo está lleno de aventuras, también
hay mucho sarcasmo, algunas ironías, momentos de humor y otro,
quizá el único, de cansancio: aquel donde tienen que averiguar una
de las pistas. Precisamente lo que me ha gustado de "Todo bajo el
Cielo" (por cierto, ésta es una de las formas de llamar a China)
comparándolos con sus anteriores obras (El salón de Ámbar,
Iacobus, El último Catón y El origen perdido, que son
los que yo he leído), es que en ésta las pistas no hay que
descubrirlas todas sin saber nada del tema: ya tenemos a los
expertos en prácticamente todo y están en el momento adecuado
porque se buscan para ello (aunque a veces, se encuentren sin
sospecharlo a mitad de camino), sólo necesitan viajar, salvar sus
vidas y descifrar mensajes.
Y si he de quejarme de algo en la novela, quizás sea,
precisamente, esta parte, cuando ya las pistas no son dadas con
sencillez y resolver los conflictos se vuelve un tormento para los
personajes y un poco cansino para mí como lectora. La acción que
envolvía a los personajes así como la forma de resolverlas me
parecían mucho más interesantes, y la relación de todos estos me
parecía muy lograda y hasta divertida. Ahora bien, menudo trabajo
de documentación e investigación por parte de Matilde Asensi.
Ahí hay que quitarse el sombrero, aunque como de estas cosas no
entiendo, sería incapaz de encontrar un gazapo en su novela.
Lógicamente tendremos una evolución en los personajes porque este
viaje, como dije, en parte era iniciático al margen de que tuvieran
una meta común: la de encontrar la tumba del Primer Emperador de
China, cada uno por sus motivos correspondientes. Esta evolución me
ha gustado particularmente en Elvira y en su sobrina Fernanda. Me
ha parecido divertida, acertada -como madre, como pensadora
liberal, como quien está acostumbrada a tener o buscar un espacio
propio de libertad, un espacio que nadie toque- para mí son de lo
más comprensible todos y cada uno de los actos de Elvira, y me
encanta que Matilde haya puesto en Fernanda un reto más a salvar,
porque gracias a ello nos sacará algunas sonrisas. También, en
distinta medida, la propia Fernanda hará su viaje iniciático y nada
más que leer el final de la novela para ver hasta dónde llega su
evolución.
En definitiva, una novela de las de Matilde Asensi, sí, pero con algunos
cambios y una cultura de lo más interesante, mucha acción, momentos
de tranquilidad que aportan algo al espíritu y a la conciencia
(gracias a la filosofía taoísta), y, para aquellos que se quejan de
que con tanto nombre chino se hacen un lío, un consejo: leedlo.
Matilde se ha cuidado muy mucho de que no existan esos problemas.
Vamos, yo no tengo precisamente una memoria privilegiada y no me ha
resultado complicado saber quién es quién, además del hecho de que
la autora nos hacía el favor de vez en cuando de "recordarle" a
Elvira ciertas cosas que nos echan manitas a los lectores más
despistados, no sólo respecto a nombres, sino respecto a leyendas o
pistas que descifrar.
Ah. Matilde, gracias por las anotaciones a pie de página. Las he
leído todas y me ha gustado verlas ahí para descubrir cuándo
hablabas de hechos reales -no soy especialista en historia
oriental- y cuándo no.
Siblia
Ya me había leído anteriormente "El Último Catón" de Matilde
Asensi y realmente me gustó mucho (por encima de otros
best-sellers extranjeros tipo "El Código Da Vinci"). Por este
motivo mis expectativas repecto a este libro estaban muy altas. Y
puedo decir sinceramente que no he quedado defraudada.
Es un libro con menos ritmo que "El Último Catón". En algunas
partes es un poco lento, sobre todo al principio, pero la relación
entre los personajes principales (Elvira y Fernanda) es muy
divertida y me hizo sonreir en más de una ocasión. Me ha gustado
mucho la evolución que van teniendo a lo largo del libro (sobre
todo Fernanda, que poco a poco va tomando conciencia de que ha sido
liberada de las rígidas costumbres existentes en la España de los
años 30).
Se describe muy bien la cultura china y se habla del feng-shui, el
ying-yang, la acupuntura... todo incrustado en una historia que nos
llevará hasta la tumba del primer emperador de China (de la que hoy
día, sólo se ha excavado una ínfima parte, en la cual se
encontraron los famosos guerreros del ejército de terracota). Si de
verdad fuera este mausoleo como nos lo describe Matilde
Asensi basándose en las crónicas de antiguos historiadores
chinos, queda una maravilla por descubrir debajo del suelo de esa
colina de Xi-an....
Resumiendo, si queréis conocer un poco más de la cultura del país
del sol naciente mezclado con una dosis de aventura, enigmas y un
poco de humor, de una forma excelentemente narrada, este es vuestro
libro.
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Comentario de los lectores:
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