Tierra de nadie (Alex Riley)

Opinión:

Esta especie de novela corta le sirve al autor para calmar las ganas que tenemos muchos lectores de volver a encontrarnos con el capitán Riley y todos sus amigos. Sin embargo, creo que hace el efecto contrario y nos anima a desear encontrarnos ante otra de sus aventuras de forma inminente.

En esta ocasión la aventura transcurre años antes de "Capitán Riley". A pesar de todo, encontramos al mismo Riley de siempre y a su inseparable Jack. Eso sí, ya puestos a ir hacia el pasado, el autor podía acercarnos al momento en el que tan singulares personajes se conocieron y así entender como llegaron a hacerse inseparables; pero tal vez lo deje para otra ocasión.

En plena guerra civil, Riley verá como los republicanos serán incapaces de ganar una guerra en la que se necesita tener una buena dosis de mando. Por sus ojos percibimos los grandes errores que han decantado una guerra en la que los soviéticos no se jugaban nada, pero parecían decidirlo todo.

Así será uno de estos dirigentes soviéticos el que meterá a Riley, y por añadidura a Jack, en una peligrosa aventura, ya que como todos sabemos, el capitán es incapaz de callarse cuando tiene algo que decir.

Riley y Jack acabarán introduciéndose en la mismísima Belchite, y ocultándose entre las piedras y las paredes del pueblo, así como haciéndose pasar por monjas, intentarán sacar del lugar a toda una familia, junto con las hermanas de la congregación que ante el inminente peligro de la batalla se unirán a esta pareja de endiablados rojos para tratar de salvar sus vidas.

A las situaciones cómicas, diálogos ingeniosos, acción frenética y tensión al límite, Gamboa ha añadido un gran elenco de personajes reales que tendrán su intervención gloriosa en la historia; así no podemos asombrarnos de la aparición de Ernest Hemingway, Robert Merriman y Marta Gellhorn.

El libro, como todos los de Fernando Gamboa, engancha desde el principio. A todos aquellos que disfruten con las novelas de acción y aventuras seguro que les resultará imposible dejarlo hasta terminarlo, pero ahí radica el problema ¿cuándo dispondremos del siguiente?

Este autor siempre consigue dejarnos con la miel en los labios y con la frustrante sensación de que necesitamos más.

Mila L. Castelo