Theodore Boone 5. El fugitivo

Opinión:

"Theodore Boone. El fugitivo" es la quinta entrega de la serie que John Grisham le dedica a este joven hijo de abogados que lleva la pasión por la justicia y los juzgados en la sangre. De hecho, está tan fascinado por este mundo que su amigo Woody le pide ayuda porque debe presentarse ante el tribunal de animales porque lo han acusado de matar a una cabra por tirar un petardo cerca. Los jueces, abogados y otros defensores de la justicia conocen tanto al chico, que dejan que se mueva a sus anchas por el juzgado.  

La trama planteada en los primeros libros sigue presente en esta quinta entrega. El problema es que, la acción que podría hacer que estemos ante un thriller, es, en este caso, un poco escasa y con un ritmo bastante relajado.

El inicio del libro resulta un poco tedioso, y es que durante unas cuantas páginas, el personaje y sus amigos van pululando por Washington haciendo referencias bastante precisas sobre monumentos históricos, eventos importantes de la historia americana… temas que, para un lector americano pueden resultar interesantes, pero que para otros lectores pueden ser un poco aburridas y excesivamente patrióticas. Por suerte, cuando aparece el personaje de Duffy y empieza la investigación, la captura y el proceso judicial, el ritmo mejora bastante. Eso sí, también es cierto que uno espera una implicación mayor del chico y, durante una parte de la novela, lo único que hace es esperar a que los del FBI cojan al culpable. Por suerte, cuando el FBI falla, lo llaman y Theo ayuda a capturar al fugitivo.

El tono del narrador es otro de los problemas, porque a veces cae en tópicos descriptivos y, en otras ocasiones, puede incluso pecar un poco de infantil. Y eso es un problema, porque por un lado podría ser un libro para lectores de 10 años y, en cambio, por la temática (habla no sólo de crímenes, sino de la pena de muerte y otros conceptos que podrían dar mucho que pensar si se trataran con un poco más de profundidad) es un libro que busca otros lectores.

Sin embargo, a grandes rasgos encaja con el estilo de los anteriores libros y funciona perfectamente para los fans de la serie, dejando un final abierto que empuja a esperar la siguiente entrega.

Es, en definitiva, un libro para los fans de la serie de Theodore Boone, pues hay referencias a los libros anteriores, y para aquellos jóvenes lectores que disfruten con el mundo de los thrillers judiciales, aunque en esta entrega el ritmo de thriller no esté del todo presente.

Inés Macpherson