texturas del miedo

Opinión:

Puede que me repita mucho, que me repita más que el ajo, pero no podía ser de otra manera. Ya lo dice incluso Juan Ángel Laguna en su prólogo, fue leer Alma de cereal y saber que ese relato debía ganar la categoría de Terror en el Monstruos de la Razón II. Fui el jurado que lo leyó y vio que muy buenos tendrían que ser los demás para superarlo. Y sin desmerecer a los 12 que tuve que escoger, de muy buen nivel, el arte de escribir de Ignacio, al que yo conozco más como su alter ego virtual, Leólo, no solo ganó sino que es de esa clase de relatos que lees 100 veces en tu vida y no te cansan y que si te dan a escoger es de lo que nombras como “los relatos de tu vida”.
 
Ignacio siguió escribiendo, como no podía ser de otra manera. Y para desgracia de otros competidores y para fortuna de sus dichosos lectores ganó y ganó y volvió a ganar más certámenes de relatos. Así pues, iba llegando la hora de que en algún momento y lugar se reuniesen estos y otros relatos y se compusiese su primera antología y que no es sino una presentación de sus aptitudes para la escritura y que debe significar su primer peldaño en este difícil mundillo literario, pero a buen seguro que los irá subiendo con paso firme.

Como no podía ser de otra forma, se nos presentan trece relatos que nos servirán en un futuro para poder ver de primera mano de dónde viene este señor escritor. Y me atrevería a poner en mayúsculas ambos sustantivos, SEÑOR y ESCRITOR. Ignacio tiene algo, complicado de poder explicar con palabras, que atrapa a la persona que se enfrenta a sus palabras, a sus textos. Algo como estar sentado en la silla de una clase aburrida se convierte en la lucha contra un terrible monstruo surgido de su imaginario, cómo un espantapájaros se convierte en el perfecto asesino y así podría seguir y seguir enunciando pequeños retazos o texturas de cada uno de los relatos, pero al igual que yo me emocioné, y sigo haciéndolo, con Alma de cereal, otro lo puede hacer con historias que tienen por título De repente, mi casa se convirtió en un árbol de llagas, ahí es nada el titulillo, o con un pequeño homenaje a los pulp con Lejano, salvaje Oeste.
 
De cualquiera de las maneras, "Texturas del miedo" es un claro ejemplo a seguir para ver por dónde respira el género de Terror o al menos para ver una nueva alternativa, intentando de alguna manera reinventar un género que debe hacernos temblar y emocionar a la vez. No lo pierdan de vista.
 
Fernando Martínez Gimeno