Termush

Opinión:

"Termush" es un clásico de la ficción distópica: impactante, peligroso y bellamente oscuro. Un White Lotus postapocalíptico, un Mad Max intimista, una novela visionaria.

La novela apocalíptica ha gozado en los últimos años de muy buena salud. Clásicos como "Apocalipsis suave" de Will McIntosh o "La carretera", solo por nombrar un par de ejemplos muy distintos entre sí, se siguen vendiendo y siguen encontrando lectores en todas partes. El tema está de moda, más aún después de los efectos devastadores de la última pandemia.

Ediciones Impedimenta nos trae hoy una de esas gemas ocultas que tanto les gusta publicar: "Termush" del danés Sven Holm, escrita en 1967, novela de ciencia ficción con elementos bien reconocibles.

Luego de una destructiva guerra nuclear el mundo permanece asolado por la radiactividad, y es así que un grupo de privilegiados sobreviven refugiados en un gran hotel. Hotel este que se mantiene en funcionamiento con su personal e instalaciones de manera "normal", y del cual nos vamos enterando de a poco su historia, y cómo es que los residentes acabaron allí. Lo conoceremos todo a través de la narración de uno de sus residentes, innominado, que nos va poniendo al día de lo que sucede allí.

Pensada sagazmente como una hábil crítica a la sociedad dominante de la época, Holm nos explica que, si algo puede comprar el dinero, es la seguridad. Seguridad que puede desvanecerse de la noche a la mañana, cuando a pesar de todas las precauciones de la Dirección, comiencen a generarse conflictos entre los residentes.

Ficción especulativa oscura y depresiva, un reflejo del clima exterior puertas adentro de un complejo que más que hotel recreativo, es una cárcel. Resuena la frase de Maquiavelo, "el fin justifica los medios". Esto es lo que hace la siniestra Dirección, ocultando la información que llega a cuentagotas de fuera, y generando que el narrador busque saber más.

Hay pasajes bellísimos donde el autor nos narra la caída, en los patios internos, de los pájaros que van muriendo por la radiación, y el apuro del personal del hotel por retirarlos y que nadie los vea. Un micro mundo encerrado entre paredes de concreto que pugna por salir, nos recordará seguramente a "Rascacielos" de J. G. Ballard, otro grande de la ciencia ficción apocalíptica, en algunas partes.

Si bien no es una obra muy larga, la prosa fluye bien entre la acción y el diálogo, con personajes sin apenas nombres, y lo suficiente para mantener un buen interés en la lectura. Vamos de a poco dándonos cuenta que no existe una salvación real para estos ciudadanos ricos que han decidido comprar la salvación pagando un gran precio, y mientras tanto vemos los intentos de los supervivientes del exterior, enfermos de radiación, que intentan colarse a través de las medidas de seguridad del complejo.

Haciendo un poco de historia, en la cultura de esa época existía el temor a la bomba nuclear, en el contexto de la Guerra Fría. Se escribieron novelas donde sus personajes luchaban contra esta sensación opresiva, y triunfaban, sobre todo con ejemplos en la literatura norteamericana. Aquí, Holm no quiere dejarnos apenas resquicio para la esperanza. Nos muestra descarnadamente cómo pagamos las consecuencias de las decisiones que tomamos, y que, siendo inevitable nuestro destino, solo podemos luchar para tener un final un poco mejor. Así de duros y complejos se me antojaron algunos pasajes, como por ejemplo, cuando en un oscuro laboratorio en los niveles más inferiores del edificio, se procede a la esterilización quirúrgica de una de las ocupantes más jóvenes. La orden es que los víveres deben alcanzar para aquellos que ya han pagado su estadía, y no se pueden traer más bocas que alimentar. Ni qué decir tiene que tampoco hay lugar para los niños en esa gran mole de granito que es Termush. Aun así, y como dije antes, en medio de tanto dolor hay lugar para algunas emocionantes escenas de amor entre dos personajes, que me han parecido de lo mejor de la novela.

Holm es toda una revelación, esta novela se ha vendido bastante bien y seguramente tengamos más de su obra en un futuro cercano, como otros autores olvidados que fueron rescatados recientemente por ediciones Impedimenta.

Dejémonos transportar por Holm a esa Dinamarca helada de radiación mortal, os animo a leerlo y disfrutarlo como lo he hecho yo.

Violeta Lila