Tengo en mí todos los sueños del mundo

Opinión:

El título de la novela no puede ser más evocador y poético. La frase por sí sola encierra la vida de los personajes y nos implica en la búsqueda de quién la pronuncia. A priori, su autoría cuadra con el sentimiento del navío "Príncipe de Asturias", que alberga cerca de mil pasajeros con sus sueños, pero a nada que nos adentramos en sus páginas descubrimos al capitán don José Lotina y nos damos cuenta de que el marino es un ser comprometido con su transporte, sean personas o cartas; y que ahora, también lo será de los problemas e historias de sus pasajeros.

Pero su gran preocupación será la amenaza de los submarinos alemanes y los secretos que esconde el buque que capitanea, entre ellos el "Monumento a los Españoles" que por su demora constituía una leyenda negra que no era del gusto de los tripulantes; una parte de la trama con una dosis de intriga con tintes políticos y de corrupción, que conlleva un interés extra de la novela.

Entre las historias que se relatan nos encontramos con la protagonizada por Gabriela y Nicolau. Ella, casada por imposición de sus padres, tiene que viajar para reunirse con un marido del que sólo conoce que hizo fortuna en Buenos Aires. La vida sencilla que deja en su pueblo mallorquín contrasta con el ambiente de las mafias que le espera a su llegada, siendo éste un tema que bien podría dar para un relato de novela negra.

Gabriela tendrá suerte, no como las bodas que se realizan en los países del Este y que terminan con las ilusiones de las jóvenes en los prostíbulos de Buenos Aires. El personaje de Sara es quien representa toda la angustia de la pobreza, mostrándonos como las mafias judías en Argentina se aprovechan de las jóvenes europeas. El destino, los prostíbulos de toda Sudamérica y el crimen organizado en condiciones de esclavitud.

No menos interesante es el espacio dedicado al mundo del espectáculo en Madrid donde conoceremos la vida de la artista de variedades Raquel Castro. Su crónica es similar a la de otras, su ocaso al ver alejarse el tiempo del triunfo en los cabarés, dando paso a jóvenes con escaso talento y buenas dotes en los dormitorios.

Gaspar Medina nos narra, a través de su columna "La butaca de pensar", en "El noticiero de Madrid", los ecos de sociedad y la vida política. Sus comentarios contra monarcas y militares le han puesto en el punto de mira y por eso le persiguen. La crónica del viaje de las estatuas malditas del "Monumento de los Españoles", será una buena excusa para poner tierra de por medio durante una buena temporada.

Si la trama en torno al último viaje del "Príncipe de Asturias" me parece acertada en cuanto a la documentación histórica, la variedad de personajes y los anhelos de cada uno de ellos me resultan atractivos desde la narrativa. Todos aportan ese pequeño grano que hace que la lectura se haga cada vez más interesante, que cuando acaba su episodio estemos deseando saber su destino. Como nos ocurre con Giulio, que estaba en el frente y ahora vaga por Europa desde que desertó del ejército; o con Paula Arenal, camarera del barco y que ha decidido que éste será su último viaje para después dedicarse a confeccionar los vestidos diseñados por ella.

Una novela de sueños, pero también de segundas oportunidades, en la que Jorge Díaz hace un guiño a su novela "Cartas a palacio" recordándonos el papel de Alfonso XIII, el marqués de Aroca y Blanca Alerces en su labor frente a la Oficina Pro-cautivos.

Un relato histórico que atrapa al lector con los testimonios de los personajes y la urdimbre entrelazada del autor, donde la unión de realidad y ficción da como resultado una apacible lectura a pesar de la catástrofe.

Porlomenix