Tarzan vol. 2 (1939-1941)

Opinión:

Tras una breve introducción en la que podemos recopilar algunos datos interesantes acerca del fenómeno Tarzan y los cambios que vamos a presenciar en esta nueva entrega, que abarca los años 1939 a 1941, nos introducimos de lleno en la continuación de su última aventura donde le habíamos dejado bajo las lanzas de un grupo de guerreros Lingoo. Sin tiempo para asimilar quien es mejor captor, le encontramos a hombros de una reina amazona que viaja como él a través de los árboles. Lo que parece una liberación no es sino un cambio de dueño al que de nuevo tendrá que enfrentarse para huir.

Sus enemigos parecen multiplicarse al mismo ritmo que lo hacen las nuevas aventuras y los retos imposibles a los que tiene que hacer frente. Todos en su contra se convierte en un superhéroe al que nadie puede vencer y al que todos pretenden domesticar, teniendo que demostrar su superioridad tanto con hombres como con animales, y en estos episodios incluso con mujeres que se le disputan.

Uno de los cambios que más se aprecian es como se da continuidad a cada aventura haciéndola encajar con la siguiente, dando la sensación de conjunto a una historia que nunca tiene fin; incluso cuando cambia de registro y se inicia un nuevo viaje en busca de sorprendentes descubrimientos o en la simple necesidad de Tarzan por seguir huyendo.

La trama que ocupa la segunda parte de esta entrega de tiras dominicales se acerca más a la fantasía, a los clásicos de la literatura y nos muestra a civilizaciones perdidas que se enfrentan por el poder y el dominio de sus vecinos. Si no hemos tenido bastante acción, aquí se dispara, el dibujo se vuelve más ambicioso y el guion mejora sustancialmente. Una madurez del dibujante y su guionista, Don Garden, que nos muestra a un personaje totalmente desconocido empeñado en ser el héroe que todo lo soluciona sin importarle el fuego de un volcán, las aguas que todo lo inundan o los más terroríficos animales que quieren darle caza.

En lo que no cambia Tarzan es en su apariencia, como si estuviese enfadado con el mundo que por otro lado está deseando conocer, como si su figura estuviese por encima del resto en un afán de protección hacia los demás; un protagonista muy metido en su papel que parece sentir vergüenza por su éxito, tanto ante los hombres como cuando contribuye a conciliar la paz entre los animales. Su relación con las mujeres tampoco cambia, protege al mismo tiempo que pone un muro frente a ellas; temeroso, quizá, de perder su libertad o por algún recuerdo de episodios pasados.

Unas aventuras que van creciendo, con un guion más trabajado y cuyo dibujo gana en impacto por medio de algunas viñetas que salen de su tamaño habitual para enfocar más el detalle del color y de la acción. Una recopilación de "Sunday pages" que se convierte en una colección indispensable para reencontrarse con el símbolo de una generación.

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