Suave es la noche

Opinión:

Francis Scott Fitzgerald es uno de los más reconocidos escritores norteamericanos del siglo XX, que triunfó tempranamente con su primera novela "A este lado del paraíso", aunque la más conocida por el público es sin duda "El gran Gastby". Encuadrado en la llamada "Generación perdida", junto con autores como Dos Passos, Hemingway, Faulkner o Steinbeck, que retrataron fielmente la sociedad estadounidense de los años 20, desde el final de la primera Guerra Mundial hasta la Gran Depresión del 29.

"Suave es la noche" se dice que es su novela más autobiográfica, pues aunque el tema principal es recurrente a lo largo de toda su obra: el éxito y el fracaso; la autodestrucción del individuo; la decadencia; "Toda vida es un proceso de demolición"; es innegable el paralelismo entre propia su vida y la de la pareja protagonista. Dick Diver es un hombre de éxito, un brillante psiquiatra norteamericano que está en la cima, como el escritor en sus primeros tiempos. Tiene una hermosa mujer, como él, y han viajado a la Riviera francesa. Parece ser que la propia Zelda también noveló esta etapa de su vida en su libro "Resérvame el vals", lo que no gustó mucho a Fitzgerald. Las dos mujeres tienen en común, además de una aventura extramatrimonial, sus problemas mentales, pues Nicole había estado internada en una clínica y Zelda terminaría su vida en ella a causa de la esquizofrenia.

Como dice Enrique Vila-Matas, "Suave es la noche" "es su novela más compleja y desesperada, tal vez por esto la más atractiva de todas". Hay que destacar en esta edición la buena traducción y el brillante prólogo de José Luis Piquero.

Tras una primera parte en la que todo es brillante y atractivo, cuando la pareja conoce a Rosemary y juntos pasan el verano entre la playa y París rodeados de lujo y diversión, la novela se va tornando más oscura en el Libro II, donde el autor regresa al momento en que se conocieron y contrajeron matrimonio. Y definitivamente todo se precipita en el Libro III, el momento de la decadencia, el deterioro, el descenso a los infiernos de Dick. Hay una especie de intercambio de papeles de los dos protagonistas entre el principio y el final de la novela. Dick, llevado por su necesidad de ser amado por quienes le rodean se autodestruye y Nicole renacerá en el momento en que su marido cae al abismo.

Pese a la profundidad de los personajes y de la trama, la prosa ligera, fluida y elegante del autor hace que estemos ante una lectura interesante y amena, atemporal, como lo son los clásicos de la literatura y que podemos definir en una certera frase del propio Fitzgerald como "La historia de una bancarrota emocional".

Celsa