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Opinión:

Cuando vi este libro en la librería me llamó muchísimo la atención su portada, toda llena de libros, así como la leyenda escrita en la faja del mismo: “La mujer invisible, soy la mujer invisible, responsable de la sección de geografía” una faja que simula un carné de Biblioteca. Al coger el libro y leer lo que pone en la contraportada lo entendí y aún me entraron más ganas de leerlo.
 
Sophie Divry es una joven escritora francesa, ésta es su primera novela y ha sido editada en España por Blackie Books. Un primer trabajo que augura una prometedora carrera puesto que escribe muy bien. Reconozco que la historia que narra me ha llegado al alma ya que habla de Bibliotecas, libros y bibliotecarios con reflexiones que muchas veces me he hecho yo también.
 
Un relato en el que desconocemos el nombre de la protagonista, tan sólo llegamos a saber que trabaja en una Biblioteca francesa y está al cargo de la Sección de Geografía aunque a ella, tal y como confiesa, le gustaría estar en la de Historia puesto que es una sección que consulta más gente. Todo el libro es como un gran monólogo, aunque mejor es decir diálogo puesto que se supone que está hablando con la persona que se ha quedado encerrada en la Biblioteca y que ha descubierto al abrir. Pero, esta persona no dice “ni mú”, de ahí lo del monólogo.
 
La verdad, es que está muy bien escrita y aunque hable de temas bibliotecarios es perfectamente legible por todos, además lo hace con un estilo muy humorístico (he tenido que hacer esfuerzos para contener la risa al leer su descripción de la Clasificación Decimal de Dewey) y directo. 
  
Me ha encantado la comparación que hace, por ejemplo, entre la Clasificación Decimal de Dewey y las distintas clases sociales.
 
Tampoco falta la crítica tanto al sistema bibliotecario francés como a la situación actual de las Bibliotecas. Críticas y reflexiones con las que estoy muy de acuerdo ya que muchas cosas de las que habla han ocurrido en la Biblioteca donde trabajo, eso la hace aún más cercana para mí. No es un personaje irreal sino de carne y hueso.
 
Ahora, también es cierto que la protagonista da un poco de pena. Es bibliotecaria pero un poco triste. Su Biblioteca es una Biblioteca de Provincias, ha pasado la mayor parte de su vida en ella, y en la que pasa bastante desapercibida. Situación que hace más entrañable al personaje y hace que le cojas más cariño si cabe.
 
He disfrutado con su lectura. Es un nuevo ejemplo de esas joyitas que se encuentran perdidas entre tantas novedades y Best Sellers. Como me ha ocurrido con otras historias que he podido leer a lo largo del año, es de esas que te dejan un buen sabor de boca al terminar y con las que sientes que te ha aportado algo más profundo que va mucho más allá de pasar un rato agradable leyendo. Historia que alimenta el alma. 
 
Ysabel M.